La semana próxima se celebra una nueva edición del Festival Zaragoza Jazz, así que aprovechando tan magno acontecimiento veremos hoy algunas apuestas discográficas de ese patrón sonoro y de algunas melodías algo más blancas.

El álbum A Love Supreme, grabado a finales de 1964, marcó la soberbia transición del saxofonista John Coltrane de un cierto canon a la liberación armónica. De ahí su gozosa vitalidad y permanencia. Bueno, pues ahora se ha editado A Love Supreme Live In Seattle (Impulse / Universal), grabación registrada en 1965 en el club Penthouse, que había permanecido inédita. Anotemos que al grupo habitual de Coltrane (McCoy Tyner, piano; Jimmy Garrison, bajo, y Elvin Jones, batería) se sumaron los saxofonistas Pharaoah Sanders y Carlos Ward, y el bajista Donald Rafael Garrett. El sonido de este directo no es perfecto, pero su desarrollo es una bomba. Interpretados los cuatro movimientos en el orden en el que aparecían en el álbum de estudio, con otros tantos interludios, asistimos en 75 minutos (Coltrane toca en 20 de ellos) a una explosión de libertad creativa, de hallazgos sonoros, de estructuras rupturistas y, en definitiva, al triunfo de la música por encima de taxonomías y corsés. Un disco apabullante.

Excelente es, por otra parte, Sounds Of Ancestors (Mack Avenue Records / Distrijazz) la nueva entrega de otro saxofonista: Kenny Garrett, quien actúa en Zaragoza el 21 de noviembre. El título ya indica las intenciones, pues Garrett explora diferentes miradas musicales procedentes de la diáspora africana: desde una aproximación a lo afrocubano, hasta el hard bop, pasando por el rhythm & blues y el gospel. Curiosamente, la pieza Hargrove tiene en su inicio una interpolación de A Love Supreme. Hay un tributo a Art Blakey (For Art’s Sake), guiños a Miles Davis y mucho talento.

Siempre a caballo entre lo clásico y el jazz, el singular pianista Brad Mehldau ha publicado una grabación realizada en 2012 con la Orpheus Chaber Orchestra: Variations On A Melancholy Theme (Nonesuch / Warner). Son once variaciones orquestadas del tema principal, una Cadenza, un Postlude y una propina, piano solo, de tres minutos. El romanticismo de Brahms y las disonancias de Bartok giran sobre el motivo principal, una especie de vals con cadencias ragtime. Notable.

When We Leave (ECM) es el quinto álbum del trompetista noruego Mathias Eick, publicado tres años después de Ravensburg. Se trata de una propuesta tranquila y delicada (piano, violín, bajo, percusiones, teclados y steel guitar acompañan a la trompeta) que dibuja un horizonte moteado por el folk nórdico, los acentos andalusíes, el Davis más impresionista y las baladas). Mathias destaca en el uso de los sobretonos en bucle.

El malinés Ballaké Sissoko editó no hace mucho Djourou, con piezas grabadas entre 2018 y 2020, en buena compañía: Sona Jobarteh, Vincent Segal, Patrick Mesina, Salif Keita, Camille, Oxmo Puccino, Piers Faccini y Feu! Chatterton. Y aprovechando aquellas sesiones registró, a solas con su kora mágica, las piezas que forman el reciente A Touma (No Format!), un fascinante e íntimo viaje a las emociones más hondas.

El álbum Rejoice fue elaborado en 2010 por Tony Allen, arquitecto del afrobeat, y Hugh Masekela, creador del township-jazz, y ese registro, con instrumentación añadida, se editó en 2020. Ahora, con partes inéditas de las últimas grabaciones sumadas a las ya editadas, se ha hecho un segundo. El doble Lp Rejoice Special Edition (World Circuit / BMG) ofrece lo ya publicado y lo nuevo. Más ritmo.

Con canciones tradicionales y propias la norteamericana (violinista y estupenda cantante) Rhiannon Giddes y su pareja, el italiano Francesco Turrisi, han facturado en They’re Calling Me Home (Nonesuch), desde su residencia irlandesa, un atractivo corpus sonoro que enlaza el folk con Monteverdi, y recrea a Pentagle.                     

Sin rodeos: Michael Stipe, Sharon Van Etten, Kurt Vile, St. Vincent y Anfrew Bird & Lucios destacan en el álbum colectivo I’l Be Your Mirror (Verve), un buen tributo al debut de The Velvet Underground. El resto de participaciones no está mal, pero los mentados han entendido mejor cómo hacer un homenaje con garbo.

Neil Young, como Dylan, abre periódicamente el cajón de los recuerdos y... El que nos ocupa es un álbum doble con 23 canciones capturadas en directo en 1970, tres meses después de publicar After The Gold Rush. Se trata de Carnegie Hall 1970 (Reprise). Young, armado con guitarra o piano, entra a saco en un gran repertorio.