La Feria de Artesanía de Aragón tampoco ha faltado este año a su cita con la sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza. Pese a la pandemia, en 2020 también se celebró, aunque con un formato algo más reducido y en fechas posteriores. Esta edición, la número 38 ya, recupera su calendario habitual y estará abierta hasta el próximo domingo y durante todo el puente festivo. La tradicional feria de Navidad de la Asociación de Artesanos de Aragón recobra así la normalidad con la única salvedad de la limitación de aforo (un máximo de 450 personas). Lo hace con ánimos renovados y con el reto de convertirse en el mejor bastión contra la venta online y el «gigante de internet».

«Con esta feria también queremos reivindicar nuestro trato personalizado y nuestras piezas únicas y originales frente a la frialdad de internet», ha subrayado este domingo desde su propio estand la presidenta de la asociación, Susana Martín, que ha lamentado que la pandemia está acelerando el cambio en los hábitos de compra de los consumidores. «No podemos olvidarnos del comercio de proximidad ni de sus valores y cercanía, porque hay muchas personas que dependen de ello», ha apuntado.

La feria, que abrió sus puertas el sábado y cuya entrada es gratuita, ofrece así una gran oportunidad para apostar por un sector que no pasa por sus mejores momentos debido a la pandemia. «Ha sido una temporada dura porque muchos compañeros dependen en buena parte de las ferias y no se han podido celebrar», ha reconocido desde su estand de bisutería de plata la zaragozana Iliana Casasnovas.

La variedad y la oferta de piezas únicas y originales está más que garantizada en la feria. Un total de 79 profesionales (50 de ellos de Aragón) participan en una edición que ha echado a andar con «más público que el año pasado», según ha apuntado Martín. Cerámica, joyas, camisetas pintadas a mano, utensilios tallados en madera, juguetes artesanales, cuero, forja... En los casi 80 estands puede encontrase todo tipo de artesanía, unas piezas que en muchas ocasiones podrían ampararse perfectamente bajo el concepto de arte.

Como por ejemplo las figuras de bronce que realiza José Morla. Este leonés lleva 20 años participando en la feria aragonesa con sus piezas exclusivas, en las que esculpe personajes literarios como el Quijote, el Principito o Moby Dick. «Hay mucha gente que sí que valora nuestro trabajo. Hemos pasado un año complicado, pero poco a poco ya estamos volviendo a lo de antes de la pandemia», ha señalado Morla, quien además de en este tipo de ferias también vende sus productos a través de la red.

Todos los artesanos son conscientes de que internet es un medio útil para comercializar sus productos, aunque también saben que no siempre es fácil. «Para posicionarte bien hay que dedicarle esfuerzo y dinero, además, yo prefiero mil veces la cercanía y el cara a cara», han indicado desde el estand de camisetas pintadas a mano Txupez Chambretas, donde han recordado que hay artesanos que ya tienen una edad y no cuentan con formación online.

En opinión de Martín, es importante por todo ello que sigan existiendo estas ferias para que los profesionales puedan compaginar los dos canales. Por eso mismo, la asociación aragonesa, que aglutina a 150 artesanos, mantiene su proyecto de organizar una pequeña muestra un domingo de cada mes en Zaragoza, en su sede del antiguo matadero. «Ojalá podamos hacerlo porque sería una forma de visibilizarnos más», ha reclamado Martín, que ha recordado que la feria abre hasta el domingo de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 21.00 horas y cuenta con talleres.