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El pianista Tomás Basavilbaso que actúa este viernes en el Foro Romano de Zaragoza.

VETERANO CICLO

Tomás Basavilbaso (pianista que actúa en Música en el Foro): "Prefiero la cercanía con la gente que una gran sala"

El pianista actúa desde las 19.30 horas de este viernes en el centro romano de Zaragoza

Dio un recital en Zaragoza en el año 2013 y, ahora nueve años después, el pianista zaragozano (aunque nacido en Asturias) Tomás Basavilbaso vuelve a hacerlo dentro del ciclo Música en el Foro Romano este viernes desde las 19.30 horas. «No sé muy bien por qué, quizá he estado con otros repertorios y no lo he buscado especialmente, pero, bueno, encantado de tocar en casa, por supuesto», asegura sin darle mucha importancia cuando se le pregunta por una situación que a priori parece anómala porque desde 1998, Basavilbaso ofrece conciertos en Estados Unidos y en varios países de Europa.

Así, esta tarde actuará delante de sus amigos («algunos hace mucho que no ven tocar»), antiguos alumnos... en un escenario tan especial como el Foro Romano, alejado de ser un gran recinto, algo que no cambia mucho para el propio artista: «Uno siempre lo tiene que hacer lo mejor que puede. Pero creo que prefiero la cercanía con la gente, porque aunque por un lado le pueda a uno distraer, me gusta verla de cerca. Le estoy dando un concierto a alguien, aunque sea un público difuminado. Lo prefiero porque la distancia y la negrura de la sala de conciertos me resulta a veces muy impersonal, no sabes para quién estás tocando», aclara con sinceridad, antes de reflexionar sobre esta cuestión: «Me gusta la cercanía y es un poco como sucedía en la época de estas composiciones que interpreto. Ahora nos hemos acostumbrado a los conciertos de música clásica en grandes auditorios y salas y no era lo habitual. Chopin, Schubert, Beethoven… daban conciertos en salones para un público reducido, era una cosa más informal».

"Ahora nos hemos acostumbrado a los conciertos de música clásica en grandes auditorios y salas y no era lo habitual"

Y es que aunque la música siga siendo la misma, la interpretación también ha evolucionado: «La sociedad cambia, los tiempos también... De un tiempo a esta parte quizá haya un interés por recuperar otras maneras de tocar este repertorio. Solo hay que ver los grupos de música que utilizan instrumentos de época. Han hecho una gran labor casi de arqueología para averiguar cómo se tocaban. Ahora se está tendiendo a improvisar, más como se tocaba en la época. Salvo que fueran conciertos para una orquesta que tiene que estar todo escrito, era habitual que los compositores improvisaran», afirma.

Basavilbaso ha escogido un repertorio para esta tarde que se abrirá con una sonata de Mozart en la menor: «Siempre me ha gustado mucho, es especial porque Mozart solo tiene dos sonatas en modo menor. Es bastante intensa, corta y ligera como son las de Mozart. Es algo más emocionalmente intenso que otras sonatas». A continuación, el pianista afrontará dos 'impromptus' de Schubert, en sol bemol y en mi bemol: «Son composiciones muy bonitas, tienen que ver con lo íntimo. Uno es rápido, deslumbrante y el otro es lento, hipnótico».

"Salvo que fueran conciertos para una orquesta que tiene que estar todo escrito, era habitual que los compositores improvisaran»

En el segundo tramo del recital, el músico tocará dos 'Nocturnos' de Chopin, el número 7 y el 12 para acabar con «un movimiento de un concierto de Hummel, un compositor de la época de Beethoven que en su día fue prestigioso pero cuya fama no ha pasado a la posteridad. El caso es que una maravilla para mi gusto. No sé si es tan bueno como Beethoven, pero seguro que si Beethoven se levantara se sorprendería de que no lo escucháramos», explica.

Otros proyectos

Basavilbaso, que asegura que no ha visto «en muchos lugares la cantidad de artistas buenos que hay en Zaragoza», ha creado junto a otros compañeros la Asociación de amigos de la improvisación musical y, además, ha estado inmerso en la organización de conciertos «juntando músicos aficionados con profesionales para establecer puentes». Y es que, además de su faceta clásica, Tomás Basvilbaso también toca música moderna o para teatro: «Lo siento más como una bifurcación que como una cosa diferente, para mí es un soplo de aire fresco», concluye. 

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