A principios de siglo, el movimiento punk zaragozano vivía uno de sus mejores momentos. Al menos, en cuanto a grupos se refiere. Los había de todo tipo, de todo corte y de todo estilo. Pero la gran mayoría guardaba una característica común: la dificultad para editar sus temas. Así, 31 bandas unieron fuerzas en el año 2000 con el único objetivo de sacar un recopilatorio. No obstante, pese a que se llegaron a grabar los temas pretendidos, el disco nunca llegó a editarse. Una circunstancia que ha sido remediada más de dos décadas después con el impulso de los mismos protagonistas.
Tras meses desempolvando las viejas maquetas, las cintas perdidas del punk zaragozano han sido encontradas. Con el guiño anglosajón, cuna del punk, incluido, 'Zaragoza desorden. The lost tapes' prevé estar listo para los primeros meses de 2023. Su formato, una edición limitada de 300 ediciones con un doble elepe, dos cedés con contenido extra e incluso un fanzine en el que se recogen los mejores momentos de aquella época. Como ellos mismos promocionan, ya está en preventa "esta bomba del tiempo, que ha esperado más de 20 años y está a punto de estallar".
Uno de los impulsores de esta iniciativa es Pablo Karnvapen, guitarrista de los Karnvapen attack, uno de los grupos participantes. "Hace veinte años no había estudios, o eran muy caros, por lo que nos juntamos y cada uno aportó lo que pudo", explica. De esta forma, "uno ponía los amplificadores, otro la mesa, otro los micros... Lo montamos en un local de uno de los grupos, donde fuimos pasando uno detrás de otro para grabar tres o cuatro temas". Pero, pese a la buena acogida que tuvo la idea, el disco no llegó a editarse. "Hicimos una serie de conciertos para recaudar algo de dinero y poder financiarlo, pero había que poner dinero por adelantado para llevarlo a fábrica y ahí fue donde se atascó", rememora el guitarrista.
El propósito del proyecto era claro, "dar a conocer a los grupos que en aquella época no habían editado nada, o muy poco". "Nosotros grabamos más o menos la mitad, porque una vez terminado el proceso, muchos grupos nos contactaron y nos mandaron algún directo que tenían grabado o alguna maqueta inédita sin editar. En cualquier caso, todos encajaban en los principios de los grupos originales", afirma Pablo Karnvapen, que además reconoce que la acogida desbordó todas las expectativas: "Empezó a llamarnos gente de muchísimos grupos. Al principio iba a ser un cedé, luego dos, y tener que montar un tercero... Tuvimos que parar".
La Zaragoza punk, dividida en dos
Pese a todo, los comienzos no fueron sencillos. La Zaragoza punk del año 2000 estaba dividida, en cuanto a estilo, en dos partes muy diferenciadas. Por un lado, la parte más 'heavy', en las inmediaciones del mítico bar Berlín, donde comenzaban a asomar formaciones como Cáncer de Escroto junto a otros artistas más consolidados como Manolo Kabezabolo o Animales Muertos. Por otro, la zona de La Magdalena, donde grupos como Karnvapen attack, Estigia, Necesidad de luchar o Criatura daban sus primeros pasos. "Se me ocurrió porque tenía contacto con ambas zonas, y todos teníamos las mismas dificultades y necesidades", rememora el guitarra de los Karnvapen. Un tiempo que, sin duda, fue mejor que el actual. "Hasta el año 2005 siguieron apareciendo muchísimos grupos. Según como vaya este, haremos un segundo volumen", señala.
Poco antes del pasado verano, una reunión fue el desencadenante de la recuperación de este trabajo conjunto. "Lo llegué a tener incluso remasterizado, y llegó a estar colgado en las redes, pero la espinita de no tenerlo físicamente se quedó clavada", subraya Pablo Karnvapen, a la par que sostiene que, tras varios conatos de recuperarlo, "confiamos en el tema y tiramos". "Queríamos tenerlo en vinilo porque somos bastante fetichistas en ese aspecto", admite entre risas.
En cualquier caso, a pesar del paso del tiempo, la esencia del punk reside tras estas maquetas. "No vamos a subirlo a las nuevas plataformas porque está fuera de cualquier entorno comercial". Una visión 'underground' que casa perfectamente con los ideales del movimiento. "Creemos en el punk como una herramienta para expresar lo que pensamos, no estamos a favor de los circuitos comerciales", argumenta el músico zaragozano.
Una forma de entender la vida
Una forma de entender la vida que en ocasiones les llevó a adquirir una mala fama, en muchas ocasiones exagerada. "Creo que el punki siempre ha tenido un fondo muy bueno a nivel de solidaridad, de apoyo, de ideales de igualdad", expone el guitarrista, que achaca dicha mala prensa a su falta de hipocresía. "Cuando uno no comulga con lo que el resto de la sociedad cree, al final te tachan de lo que te tachan. Lo que pasa es que el punki tiene menos reparos en reconocer ciertas cosas", argumenta. Algo que traspasaba a la estética: "Es injusto, porque solo por el hecho de llevar cresta la gente ya te miraba mal. Pero lo bueno del punk es que nos daba igual".
Aún así, Pablo Karnvapen asegura que el punk está "más vivo que nunca", aunque es cierto que en Zaragoza no atraviesa su mejor momento. "Se hacen pocos conciertos. Zaragoza ha estado desde los 80 en una zona muy buena, entre Barcelona y Madrid, entre Valencia y el País Vasco. Era uno de los puntos donde venían de gira grupos nacionales, europeos e incluso de EEUU, y había muchas salas y colectivos. Todo eso hace que la gente de aquí se fije y se motive para intentar hacer ese tipo de música", concluye.
