Si Lotina así lo decide, el Celta presentará en La Romareda una alineación con cuatro exzaragocistas, todos ellos piezas fundamentales en un equipo que ha tendido a cruzarse con el conjunto aragonés en momentos importantes y recientes de su historia. Fernando Cáceres, Gustavo López, Savo Milosevic y José Ignacio son los futbolistas que ahora forma parte del enemigo y que, en su día, fueron admirados por la afición de La Romareda.

Cuatro historias diferentes, cuatro profesionales que han vivido con intensidad este deporte hasta coincidir bajo la camiseta celeste. Para Cáceres, López y Milosevic, el Real Zaragoza fue su primera experiencia en la Liga española. El Negro pertenece a la generación casi perdida de la Recopa --ya sólo quedan en activo él, Poyet (Tottenham) y Esnáider (Murcia)--, un central que llegó procedente del River Plate y que se convirtió en uno de los mejores defensas del torneo. Su siguiente destino lo encontró en Boca Juniors (Argentina), regresó para jugar en el Valencia dos temporadas (en una estuvo con José Ignacio) y cumple su sexta campaña en Vigo.

La última zurda

Gustavo López, con permiso del Kily, fue la última zurda de verdad que vio La Romareda. Fichado de Independiente, su regate enamoraba más que su constancia, y su pasó por el Zaragoza dejó más cariño en la grada que buenos resultados para un club que por entonces vivía en la penumbra deportiva.

José Ignacio, quien vino del Valencia, logró la internacionalidad con el Zaragoza. Centrocampista de contención, se ganó tanta fama dentro como fuera del campo hasta provocar su salida del club aragonés un año antes de que se produjera el descenso. Fue campeón de Copa precisamente ante el Celta, con Víctor Fernández en el banquillo gallego y López y Cáceres en la alineación rival.

La doble experiencia de Savo Milosevic, el ariete, resultó brutal por los contrastes. Hastiado de Inglaterra halló en La Romareda el gol. En su segundo año luchó junto sus compañeros, entre ellos José Ignacio, por la Liga. El Parma se lo llevó y lo cedió para que ayudara a evitar el descenso. No pudo. El sábado vienen los cuatro a lomos del recuerdo, pero con el enemigo.