--¿Qué pasó por la cabeza de Javi Mesa cuando escuchó a la afición del CAI corear su nombre cada vez que Murcia cogía una pelota contra el Aracena?

--Lo primero que quiero es agradecer al público de Zaragoza el cariño tan grande que me están dando. Pero también quiero decir que Murcia tiene mi total apoyo y que me tiene para lo que quiera. Fran no es que sea un buen jugador, es un jugadorazo, uno de los mejores pivots nacionales de la Liga. Y yo creo que no está bien silbar cualquier acción, sea buena o mala. Siempre hay que ayudar a los jugadores que están en pista, aunque no quieras que estén. A ese jugador le puede llegar una pelota en el último segundo y tener que lanzar el tiro decisivo, y ha de estar en las mejores condiciones. Porque aquí todos queremos lo mismo: que el CAI gane.

--¿Cómo vio a Murcia después del partido y cómo lo ve ahora con el paso de los días?

--En el vestuario estaba muy afectado y desilusionado. Me decía: "Javi, es que ésta es mi casa. Aquí me duele mucho más". Es como si a mí me sucediera algo similar en Granada. Pero Fran se va a recuperar seguro.

--¿Es difícil jugar en el pabellón Príncipe Felipe?

--Cualquier equipo ha de ver como una gran ventaja jugar en casa. Y nosotros, más. El CAI tiene un pabellón inmenso y, además, la gente lo llena. Si el público nos apoya con todas sus fuerzas, sin parar, de modo que los jugadores contrarios no oigan el bote del balón, será dificilísimo ganarnos, aunque juguemos mal.

--¿Fue justo que usted disputara sólo cinco minutos ante el Aracena?

--No es bueno que yo responda a eso porque podría entrar mi orgullo personal. Todos los jugadores del mundo quieren jugar más, el que está en pista cinco minutos quiere estar diez, el que lo hace 30 quiere 35. Pero si dijera que estoy contentísimo por jugar lo que juego, mentiría. Mi obligación es reivindicarme entrenando fuerte y puedo asegurar que me voy a dejar la piel para ayudar más al equipo.

--¿Cree que el aprecio que le demuestra la afición puede tener que ver con su derroche físico y su capacidad gestual?

--Técnicamente sé lo que soy. Y ni soy Jordan ni Otis Hill. Por eso tengo que suplir mis limitaciones con esfuerzo físico. Y para rendir bien, tengo que estar motivado. Por eso celebro las canastas y gesticulo.

--¿Está satisfecho con la utilización que Julbe ha hecho de usted hasta ahora?

--Al principio me costó comprender lo que el técnico quería de mí. Yo estaba acostumbrado a que me dijeran todo lo que tenía que hacer cuando salía a la pista. Y Julbe deja mucha libertad al jugador, quiere que pensemos, que seamos nosotros los que inventemos. Se fija hasta en el más mínimo detalle y eso habla bien de él. Cada vez que te dice algo, te lo argumenta. Mi trabajo es convencerle con mi juego y mi trabajo.