Balaídos vive confuso el año que se las prometía muy felices con su primera participación en la Liga de Campeones. La buena marcha del equipo en la máxima competición continental se le indigesta a los aficionados vigueses cada vez que el equipo afronta un partido de Liga en casa: de seis jornadas disputadas ha cosechado cuatro derrotas, un empate y una victoria. Tras el tropiezo de ayer, el público descargó sus iras en todo el equipo, pero sobre todo en un hombre: Alexander Mostovoi, que esta semana retrasó su vuelta de Moscú para tomarse unos días de descanso en su país. Miguel Angel Lotina reconoció como lógicas las protestas del público: "Los silbidos están justificados plenamente porque con ésta son ya cuatro derrotas. Así no vamos a ninguna parte".

Deudas pendientes

Lotina, de todos modos, se mostró contrariado por la falta de puntería de sus jugadores y por la actuación del colegiado Rodríguez Santiago frente a los vascos. "Estamos algo desafortunados cara a portería. Del árbitro no quiero hablar, pero creo que ha dejado de pitar un penalti a Mostovoi y el gol anulado a Milosevic es legal", dijo el técnico del cuadro gallego.

El paréntesis obligado por los partidos de las selecciones tampoco ha servido para aclarar la situación. Durante varios días, el club no supo cuál era el paradero de su capitán, Mostovoi, que regresó a Vigo dos jornadas más tarde de lo esperado. Como de costumbre, el jugador hizo lo que le vino en gana: "Tengo derecho a descansar, como mis compañeros", se justificó cuando el jueves por la noche desembarcó en el aeropuerto de Peinador. El sábado, incluso, amenazó a un periodista.

Con la plantilla a la espera de que el club salde de una vez por todas las deudas pendientes en concepto de primas, nadie se atrevió en público a reprimir la indisciplina del capitán. El entrenador, por su parte, se escudó en la escasez de jugadores para renunciar a un castigo e incluir en la lista al jugador ruso.

Pero al final lo hubo, a pesar de lo que dio a entender a los aficionados. Mostovoi se quedó en el banquillo ante el Athletic. Lotina, que se ha especializado en cambiar de opinión cada semana, le mandó salir al campo para disputar los últimos 20 minutos de un encuentro que en ese momento estaba con el marcador desfavorable para su equipo. La tarde de fútbol era tan soporífera que la presencia de Mostovoi en el campo sentó mal a un sector del público, que abucheó al ruso. La decisión del entrenador valió a los más exaltados por la rebeldía de Mostovoi para mostrarle su enfado y su rabia, que quizá provenga del fútbol gris al que está abonado el Celta de Lotina.

La visita del Brujas

Los que conocen bien al futbolista ruso saben que no habría mayor castigo para él que dejarlo fuera de la convocatoria del próximo miércoles ante el Brujas. Pero en ese encuentro ha puesto muchas esperanzas el técnico para intentar que el equipo alcance los octavos de final de la Champions --aún quedaría el último encuentro en San Siro-- y así salvar una temporada que se presagia como mediocre en la Liga.

Y, mientras prosigue la confusión, ayer Mostovoi no contribuyó a buscar una victoria ante el Athletic de Bilbao y el equipo desperdició otra ocasión para salir del fondo de la tabla. Es cuarto por la cola. Eso sí, recibió la regañina que ni directiva ni técnico se habían atrevido a darle con anterioridad.