De salida, el encuentro resultó algo insulso, con dominio alterno de ambos equipos, pero sin que ninguno de los dos porteros tuvieran que intervenir en toda la primera mitad. En el minuto 27 llegó la única ocasión reseñable del primer periodo, en un buen balón que sirvió Mora, pero Ciruelo, en inmejorable posición resbaló y no pudo rematar.

Todo cambió tras el descanso, y el San Lorenzo hizo vibrar a su afición con un juego preciosista y a la vez efectivo. José Luis Toa se la jugó al inicio de éste período al sustituir al defensa Arturo por un delantero centro, Raúl, que fue el autor de los dos goles. Mora, Chuli, Santolaria, Ciruelo y Raúl se convirtieron en un quinteto ofensivo que entraban en la defensa del San Gregorio como un cuchillo en la mantequilla.

La segunda parte de los locales fue para enmarcarla. Fue un auténtico gozo para la afición local, y un suplicio para la defensa visitante que se veía desbordada constantemente por los inspirados jugadores del San Lorenzo. A la fiesta se unió también el colegiado, que realizó una labor impecable.