La Real Sociedad sigue sin aclararse. Después de verse con la clasificación para octavos de final en el bolsillo, el equipo vasco se complicó la vida y tendrá que esperar al menos hasta el 2 de diciembre para sellar su pase a la siguiente ronda. Su empate de ayer en Atenas ante el Olympiakos (2-2) le bastará si el Galatasaray no vence al Juventus en el partido aplazado a esa fecha.

El bálsamo para hacer más llevaderos los males de la Real en la Liga estaba en la capital griega, pero a la postre el conjunto realista se mostró tan inseguro e indefinido como en la competición liguera y anduvo cerca de dar un sonado tropezón. No tuvo ni la claridad ni el oficio necesario para alcanzar el reparador triunfo que tuvo al alcance de la mano tras adelantarse en el marcador por medio de Gabilondo (m. 31).

El tanto pudo despejar todas las dudas con que el subcampeón español inicio el partido, pero no fue así. La presión griega y las escaramuzas de Giovanni provocaron inquietantes desajustes en la zaga de la Real. Hasta mediada la primera parte no consiguió incomodar a Katergiannakis. Lo hizo por medio de Nihat, que cabeceó a la manos del meta y no supo definir en un mano a mano.

EXPULSION DE KOVACEVIC En la otra portería, Westerveld evitó con un paradón que Georgiadis empatara antes del descanso. Tras él, la Real compareció más parado que al principio. Primero concedió la igualada en una falta rematada por Stoltidis (m. 59) y luego quedó en desventaja con un gol de Castillo (m. 73). El asunto se complicó aún más con la rigurosa expulsión de Kovacevic por dos amarillas. Schürrer lo arregló, sin embargo, con una extraordinaria volea (m. 73).