El DKV Zaragoza sufrió una gran decepción en la pista del Vijusa Valencia, hasta ayer el colista de la División de Honor del fútbol sala, donde perdió un partido que, a priori, estaba catalogado como sencillo. El equipo que dirige Chavi Ladaga firmó un encuentro mediocre y, en una segunda parte de bajo nivel, sucumbió ante el empuje de los locales. De este modo, el DKV se queda en la sexta posición de la tabla clasificatoria con 36 puntos, a tres del Miró Martorell, que se alzó hasta el cuarto lugar, y cinco por encima del Boadilla, que ahora mismo ocupa la octava posición, la última que da acceso a los playoffs por el título.

El DKV tiró el encuentro en la segunda mitad. En la primera, siempre llevó el mando y dominó el partido. La lógica sólo fue fiel al desequilibrio de la clasificación hasta el descanso. Los jugadores del DKV realizaron un juego de control y desarbolaron a la temblorosa defensa del colista a pesar de contar con la baja de Alexandre. Justo Cáceres rompería por primera vez el marcador y auguraba un partido sosegado para el bando aragonés un minuto antes del ecuador del encuentro.

JORDI Y TETE Quizá este pensamiento descentró al DKV. Puede que ese pecado de soberbia le llevara a una relajación peligrosa al reanudarse el juego. Porque el Vijusa cogió las riendas y con el correoso Jordi como ariete le dio la vuelta al marcador en tres minutos. La fortuna se alió con la reacción zaragozana. Tete anotaría en propia puerta (min. 31). Entonces el choque entró en el psiquiátrico. Se volvió loco. El mismo Tete igualaría un minuto más tarde. Sin casi pasar el segundero, Latorre forzaría otras tablas parciales (3-3).

Aquí se terminó la pólvora del DKV. El cansancio hizo mella otra vez en una plantilla corta y el colista no cedió su oportunidad para darle un alegrón a su afición. En el esprint final, Gómez y otra vez Tete rubricaron la sorpresa de la jornada y la decepción de un DKV que cae hasta el sexto puesto de la Liga.