Cuando uno va a una tienda y se encuentra un montón de esquís expuestos en una perfecta formación, brillantes e inmaculados, poco puede imaginar el camino que han seguido hasta llegar ahí. El proceso de gestación de un esquí es laborioso y entretenido, desde que llega la madera de chopo a la fábrica hasta que los esquís son guardados en el almacén para su posterior expedición.

En el caso de un modelo de gama media, el embrión es un núcleo de madera de chopo. El primer paso es cortarlo en diagonal para después pasarlo por una máquina que esculpe unos dientes entre los extremos comunes de estas dos piezas. Esta operación facilitará la posterior unión de los dos trozos de madera y formará el núcleo del esquí. Dependiendo del tipo de esquí, se dará una forma u otra al núcleo y se envolverá con diferentes telas de fibra de vidrio.

En la sala de prensas se monta el esquí. Un operario introduce por orden --untando cola entre las piezas-- la parte superior del esquí, las suelas, los cantos, las espátulas, las taloneras, los núcleos y una pieza especial en la zona del patín. Apenas se invierten ocho minutos en esta operación. Después se deja trabajar la prensa a una presión de 150 bares y a 100 grados de temperatura durante nueve minutos. En la fábrica de Rossignol España, situada en Artés (Bages), construyen con este método 66 pares por turno y prensa, lo que equivale a 2.100 pares de tablas de esquí alpino en una sola jornada.

Con el esquí montado, se pule la espátula, la cola y los cantos, operación de la que se encarga un robot similar al de una cadena de montaje de coche, pero adaptado a esta faceta. Después se pinta la decoración con una máquina de serigrafía y se barniza. Ya sólo queda pulir la suela, pasar el control de calidad, encerar y trasladarlos al almacén.

En la factoría de Artés, Rossignol también fabrica esquís de fondo desde 1994 y tablas de snowboard desde 1996, cuyo proceso de montaje es similar al de los esquís alpinos. Desde 1998, en Artés se fabrican todos los esquís de fondo y tablas de surf de nieve de la firma francesa. Al cierre de la temporada 2003-04, Rossignol España había fabricado 11 millones de pares de esquís alpinos y un millón de tablas de snowboard desde que entró en funcionamiento en mayo de 1972.

Esta firma francesa nació en 1907 de la mano del carpintero galo Abel Rossignol. El actual presidente del consejo de supervisión, Laurent Boix-Vives, la compró en 1956 y la dirigió durante cuatro décadas. Hijo de padre catalán y madre menorquina, la figura de Boix-Vives resultó decisiva para que esta marca implantara una fábrica en España, donde escogió el municipio catalán de Artés afectado entonces por la crisis del sector textil.