La historia se repite. Florentino Pérez teme que Vanderlei Luxemburgo no sea capaz de reconducir la situación y ayer le llamó a capítulo para preguntarle si se ve con fuerza para frenar la caída libre del Madrid. Algo parecido hizo el año pasado por estas fechas con Carlos Queiroz y el equipo blanco acabó derrengado. El temor de que el Bernabéu se subleve el domingo próximo, con la visita del Málaga, le quita el sueño.

El presidente blanco convocó al gabinete de crisis ayer por la mañana para examinar el penoso estado de la cuestión madridista y sondear el estado de ánimo del entrenador. El de la plantilla ya sabe que anda por los suelos, lo que no quita que dos de sus estrellas pusieran tierra de por medio para atender compromisos comerciales. Ronaldo se fue a Hannover a presentar un nuevo modelo de Siemens y Beckham a Londres a anunciar la creación de la escuela de fútbol de su nombre.

En Madrid, Luxemburgo tuvo que examinarse durante dos horas ante Florentino Pérez, Emilio Butragueño, Arrigo Sacchi y Ramón Martínez para explicar su plan urgente de reanimación de la plantilla. En el 2004, tras la derrota en la final de Copa en Montjuïc, los madridistas sólo ganaron nueve puntos de 30 posibles.

En la nota oficial publicada en la página web del club se comunicó que durante la cumbre deportiva se incidió en los mensajes que lanzó el máximo mandatario blanco en su peregrinaje por las cadenas de radio en la noche del domingo: "Unión y trabajo como única receta para sacar adelante la situación, incidencia en la recuperación psicológica de la plantilla y confianza en las posibilidades del equipo mientras existan posibilidades matemáticas de conquistar el título de Liga".

La importancia del apoyo de la afición es capital para Florentino, que se hizo el sordo en el aeropuerto de Turín cuando varios cientos de aficionados pidieron su dimisión. "No he pensado en dejarlo. Tengo el apoyo de los socios y acabaré mi mandato en el 2008", dijo en El Larguero . Varios directivos le han sugerido que despida a Luxemburgo. "Pido a la afición que confíe en nosotros. En estos momentos no se puede actuar porque no se corresponde con el estilo ni las formas de este club", aseguró, aplazando cualquier decisión hasta final de temporada. En todo caso, Pérez prefiere hablar de refuerzos que de salidas o de limpieza , como reclama buena parte del madridismo.