Un fantasma merodea el vecindario del Mann Filter estos días, contagiando el ambiente de temor e incertidumbre. La derrota del sábado pasado ante el Yaya María condenó al equipo aragonés a la novena plaza, a sólo una victoria de los puestos que premian con la lucha por el título, su verdadero objetivo inicial. Sin embargo, la botella podría verse medio vacía porque ese resultado supone también su quinto fracaso consecutivo, al que acompañó una imagen de ansiedad poco recomendable. A falta de tres jornadas para el desenlace de la competición regular, el Mann Filter se consolaría con un triunfo para alejarse cuanto antes del precipicio del descenso, con el que se castiga a los dos últimos clasificados, y afrontar con serenidad el tramo final de la temporada. Burgos --también con 9 partidos ganados--, León (8), Lugo (7) e, incluso, Extrugasa (6) amenazan la supervivencia de las zaragozanas, mientras que el colista Canoe (5) parece casi sentenciado.

Motivos hay para el optimismo: la ambición que supo exhibir el subcampeón de Copa en Valencia contra los mejores equipos de la Liga, la superioridad indiscutible respecto a dos de sus próximos adversarios --León y Extrugasa-- o, quizá, el poder del orgullo herido ante una situación sofocante y comprometida. Además, con suerte en las carambolas, el Mann Filter mantendría la categoría aunque no ganara ningún encuentro más. Por otro lado, el desvelo se antoja lógico. Su antecesor, el Puig d´en Valls ibicenco, le supera en una victoria, pero también en el basketaverage particular (se impuso en los dos choques, por 72-53 y 68-78). Y con la mirada hacia abajo, cuatro de los cinco equipos que le persiguen aún pueden alcanzarle.

La pívot Luci Pascua invita al optimismo. "Más que preocuparnos, debemos esforzarnos por sacar esta situación adelante. Es muy fácil entrar una racha negativa y muy difícil salir de ella, pero afrontamos cada partido para ganarlo y tenemos confianza", asegura la jugadora catalana, que reconoce cierta "relajación" en su equipo tras la Copa del Rey. Pascua intenta explicar la actuación de su equipo sin justificar los errores. "Estamos entrenándonos muy bien durante la semana, pero cuando llega el momento clave es como si se nos olvidara jugar. Nadie quiere el balón en ataque, y nuestros fallos coinciden con los aciertos del rival", analiza para proponer una solución: "Desinhibirnos de las presiones y ser nosotras mismas".