El Atlético de Madrid se clasificó para la final de la Copa del Rey diez años después de que disputase la última, en un partido que empezó con un tempranero gol del Racing, marcado en propia meta por Valera y que terminó ganando el conjunto cántabro al voltear el marcador en los últimos dos minutos.

El objetivo del Racing era marcar pronto para meter presión a los rojiblancos y lo consiguió en su primera llegada a puerta, cuando Sergio Canales botó un saque de esquina, muy cerrado al primer palo, donde Juan Valera marcó en propia puerta.

Poco le duró la alegría al Racing, porque apenas cinco minutos después, Reyes colgó una falta al punto de penalti y Moratón tocó ligeramente cambiando la trayectoria del balón, lejos del alcance del meta Mario Fernández.

El tanto causó mella en los cántabros, que, sin embargo, siguieron buscando la portería de De Gea. En el último cuarto de hora de la primera parte, el Atlético tuvo más posesión del balón y contragolpeó por ambas bandas, culminando el Kun Agüero dos jugadas con sendos remates de cabeza a las manos de Mario Fernández.

Tras el descanso, el Atlético marcó pronto, por mediación de Jurado, a pase del Kun Agüero. Con la eliminatoria decidida los dos técnicos movieron sus banquillos pensando en sus próximos compromisos de Liga y el partido continuó sin mucha tensión, con esporádicas ocasiones.

Además, el Racing se quedó en inferioridad numérica al ser expulsado el lateral Christian, con roja directa, por un codazo a Ibrahima. También se fueron del campo prácticamente dos tercios de los espectadores que acudieron al Sardinero a pesar de que la noche era muy fría.

Solo los que se quedaron vieron como Xisco, con el tiempo prácticamente cumplido, empataba con un tiro desde fuera del área, ante el que pudo hacer más De Gea; y cómo Tchité, en el tiempo añadido, marcaba el gol de la inútil victoria del Racing.