Hace menos de cuatro años no dejaban jugar en la Liga LEB a un joven y desconocido congoleño de 18 años. Serge Ibaka era víctima de un conflicto legal entre L´Hospitalet y el Prissé-M¢con francés que le mantuvo seis meses sin jugar. Después de una temporada en L´Hospitalet y otra en Manresa, el ala-pívot dio el salto a la NBA, tras ser elegido por los Oklahoma Thunder en el número 9 del draft del 2008. Ayer, el consejo de ministros decidió darle la nacionalidad española con la que el máximo taponador de la mejor Liga del mundo podrá jugar con España.

José Blanco explicó que su nacionalización se debía a una "circunstancia excepcional" debido al hecho de que se trataba de un deportista de buen nivel deportivo para la alta competición. El portavoz del Gobierno tuvo un lapsus al llamar "Ikea" a Ibaka durante su intervención.

Lo que está claro es que su fichaje aumenta el fondo de armario del seleccionador de España, Sergio Scariolo. El eléctrico pívot, de 21 años y 2,08, promedió 9 puntos, 7,6 rebotes y 2,8 tapones por partido en la última temporada con los Thunder. Será uno de los seis norteamericanos de la selección (Pau y Marc Gasol, Rudy Fernández, Ricky Rubio y José Manuel Calderón).

Ibaka, que asegura que le encantaría volver a Manresa si el lock-out se alarga, debutará el 9 de agosto con la selección, casi 10 años después del último choque disputado por un nacionalizado: el también ala-pívot Chuck Kornegay en el Europeo del 2001. Antes que él, otros cuatro norteamericanos (Johnny Rogers, Mike Smith, Clifford Luyk y Wayne Brabender), un dominicano (Chicho Sibilio), un argentino (Juan Domingo De la Cruz) y un ruso (Chechu Biriukov) se habían vestido con la elástica roja.

La lista de España podrían completarla los azulgranas Víctor Sada y Juan Carlos Navarro, Rafa Martínez y Víctor Claver (Valencia), Fernando San Emeterio (Baskonia) y los madridistas Sergio Llull, Carlos Suárez y Felipe Reyes. El descarte sería Xavi Rey.