Fue un día de pura supervivencia. Y los más listos, a veces los más veteranos, resultaron los mejor parados en la infernal tercera jornada de la 140ª edición del Abierto Británico.

La anunciada borrasca que llegaba del Canal de la Mancha se materializó ayer con toda su fuerza en el Royal St. George´s de Sandwich, al Este de Inglaterra, en forma de frío, lluvia y un viento casi huracanado. Las peores condiciones para jugar a golf, y a las que el veterano Miguel Ángel Jiménez plantó cara con una gran vuelta (para esas condiciones) de 72 golpes (2 sobre el par) que le valieron para mantenerse en quinta posición, con uno bajo par, a solo cuatro golpes del liderato. Sus opciones siguen intactas.

El Pisha, el antidivo del golf, se presenta ahora como el posible tercer gran campeón, aunque para ello deberá completar una semana redonda en unas condiciones imposibles.

Jiménez es uno de los seis únicos jugadores capaces de mantenerse bajo par después de tres vueltas. El primero es otro veterano, el norirlandés Darren Clarke (42 años), que ayer fue uno de los tres que jugó bajo par (69, -1) para mantenerse delante, con -5. A un golpe está el estadounidense Dustin Johnson (68 ayer), y a tres golpes, el joven estadounidense de 22 años Rickie Fowler (68) y el veterano danés Thomas Bjorn (71). Sergio García (74 golpes) y Pablo Larrazábal (76) están empatados con +4, a 9 de la cabeza.