Uche y Obradovic son dos problemas de obligada solución en las salidas, pero el enfoque de una y otra situación es diferente. En el caso del nigeriano la despedida es necesaria por su alta ficha (dos millones de euros desde este verano) y, en el del serbio, por su condición de extracomunitario. Sin embargo, si bien Ike no contempla salir en forma de cesión, en la mente de Obradovic esa posibilidad sí le convence en el caso de que no se le encuentre ningun acomodo en forma de traspaso. Ivan desea jugar y sabe, por boca de Aguirre, que aquí no lo va a hacer. Además, un préstamo a otro club podría revalorizar su caché.

El Zaragoza quería y quiere recuperar los 3,5 millones que pagó en el verano del 2009 por el jugador. Es la prioridad, pero las puertas que tenía abiertas se le han cerrado. Su agente, Nikola Damjanac, está en Mallorca y tiene previsto viajar a Zaragoza la próxima semana para acelerar esa salida. El jugador quiere hablar con Agapito, pero ya tiene asumida su despedida y pretende que sea cuanto antes. El problema es que no hay una oferta en firme por él y la cesión emerge como posibilidad factible.

El Werder Bremen y el Olympiakos fueron los clubs más interesados en Obradovic y los dos equipos hablaron con su representante. Al serbio le seduce jugar en Alemania, pero en Bremen ya han fichado a otro lateral izquierdo y Valverde, técnico del Olympiakos, consideró más prioritarias otras posiciones después de que el club griego le propusiera lanzarse a por Obradovic. Otra opción mucho más débil fue la del Schalke 04, también agotada.

Lo cierto es que para Aguirre casi ha sido una sorpresa encontrarse a Obradovic en la vuelta al tajo. El Vasco esperaba que el serbio tomara rumbo a Alemania para liberar su plaza de extracomunitario --Barrera y Juárez son extranjeros--. Por eso, nada más empezar la actividad le dijo a Obradovic que se debía buscar destino, que no había otra opción. El lateral ha demostrado a cuentagotas la calidad con la que se avaló su llegada en el 2009.