Nuevo día de gloria para el himalayismo. De nuevo Carlos Pauner se mostró imparable en las grandes alturas y se apuntó un nuevo ochomil en su currículum. Esta vez el duodécimo en su selecto historial. El Gasherbrum II, de 8.035 metros, no se pudo resistir al empuje del jacetano. De esta forma, al aragonés tan sólo le quedan dos grandes cimas para cerrar su círculo. Son el Everest, el techo de la tierra con sus 8.845 metros y el Shisha Pangma, montaña en la que se rompió varias costillas hace dos años.

La racha de Pauner es espectacular. En los dos últimos años no ha fallado en ninguno de sus objetivos alpinísticos. En la primavera del año pasado subió el infernal Annapurna, la misma expedición en la que murió el balear Tolo Calafat. En el otoño hizo una subida relámpago al Manaslu. Y este año lo abrió con el polémico ascenso al Lhotse, montaña que también holló su amigo Javier Pérez. Ahora y con el Gasherbrum II en su mochila, Pauner puede descansar tranquilo en su casa tras un año exigente y pensar en las dos montañas que le faltan en su historial.

Pese a que se esperaba que fuera una expedición aragonesa, Pauner no pudo partir de España con Juan Carlos Cirera e Isabel Santolaria. Al final sí que pudo contar con el apoyo de Raúl Martínez y Adrián Uclés. Ni el frío, ni el viento, ni la nieve, pudieron frenar a Carlos Pauner. El himalayista de Montañeros de Aragón mostró su fortaleza y alcanzó la cima Pakistaní a las diez de la mañana hora española. Fueron once horas de ascenso desde el campamento III, situado a 7.300 metros, hasta la cumbre. Pauner comenzó el ataque final a la cima a las once de la noche hora española. No pudo contar con la ayuda de Raúl Martínez, que no se encontraba con fuerzas suficientes para subir.

LA ANTESALA Las vísperas del ascenso al Gasherbrum II fueron tremendas. La nieve azotó a los montañeros desde el campamento II hasta el III. Adrián Uclés, el tercer componente de la expedición aragonesa, decidió retirarse desde el campamento II hasta el campamento base porque no se encontraba en las mejores condiciones físicas. Pauner decidió llevar la iniciativa y abría huella en una nieve blanda en la que se hundía hasta la rodilla.

Tras descansar de este duro trayecto, el dúo esperó en el campamento II a que mejoraran las condiciones del tiempo. No eran muy optimistas puesto que las previsiones no ofrecían una ventana de buen tiempo. Por su cabeza rondaba volver del Karakorum a Zaragoza sin la cima del G-II. Pero a primera hora de la mañana el tiempo mejoró levemente, Pauner se lanzó hacia la aventura y afrontó la ruta normal del G-II.

Mientras Martínez bajaba a descansar al campamento I, Pauner ascendía junto a otras expediciones. Una de ellas era la capitaneada por el vizcaíno Álex Txikon y el canadiense Louis Rousseau. Ambos forman parte del proyecto ABC Team y han subido en nueve días el Hidden Peak y el Gasherbrum II. En las próximos jornadas Txikón quiere subir el K-2 junto a Gerfried Göschl en estilo alpino.

EL DESCENSO Pauner alcanzó la cumbre sin ninguna novedad y sin problemas físicos. Después le esperaba un descenso técnico complicado de seis horas y con tramos de abundante nieve hasta la cota 7.300 metros que es donde tenía colocado en campamento III. "He bajado con mucho cuidado porque cualquier fallo te puede costar caro", afirmaba a 7.300 metros. Hoy se espera que alcance el campamento II y que se pueda dar un abrazo con Uclés y Martínez.