Sam Allardyce, nuevo técnico del West Ham, está poniendo todo de su parte para convencer a Pablo Barrera de que siga en el club inglés en la Championship, en la Segunda inglesa. Otra cosa es que lo logre. Y todo apunta a que no lo conseguirá. El jugador sigue firme en su deseo de llegar al Zaragoza y, aunque con cierta impaciencia para que se resuelva su llegada, mantiene al equipo aragonés como primera y única opción por ahora. Eso es lo que le dirá al entrenador a finales de semana después de que éste le pidiera que se ejercitara hasta finales de julio con el West Ham para darle la oportunidad de convencerle de que siguiera en los Hammers.

El Zaragoza viaja a Inglaterra a finales de esta semana y juega contra el West Ham el sábado. Con Aguirre, los representantes del club --Agapito puede acudir-- y Berlanga, agente del futbolista y quien está llevando la negociación, en tierras inglesas la cesión del extremo derecho debe vivir los días definitivos para que pueda concluir con el final feliz.

Barrera ha jugado ya un amistoso con el West Ham, aunque no fue a Dinamarca con el equipo inglés, y de momento continúa trabajando con cierta normalidad a la espera de que se dé el visto bueno a su salida. La oferta del Real Zaragoza por Barrera dista mucho de ser importante, ya que no pagaría por la cesión y se haría cargo de la ficha del jugador (800.000 euros). Además, quedaría estipulada una opción de compra de unos 5 millones.

Con esa propuesta, ni Berlanga, que es muy optimista con su fichaje, ni Agapito Iglesias pueden presionar mucho al club inglés para que su salida se produzca lo antes posible. Se hará cuando el West Ham lo autorice y el técnico de este equipo pidió a Barrera la oportunidad de convencerle. Por eso su llegada se ha demorado, pero sigue tan bien encarrilada como hace un mes.

OFERTAS DE RUSIA El jugador ha rechazado dos ofertas de Rusia en las últimas semanas --una de ellas del Spartak-- y ha dado absoluta prioridad al Zaragoza ante el interés de equipos de Francia, Portugal o Grecia. El extremo dejó claro desde el principio que quería jugar en un Zaragoza que daría un claro salto cualitativo con su fichaje. Pablo conoce bien a Aguirre, se adaptaría rápido a la Liga española y no habría problema idiomático. Además, sería fijo para el técnico zaragocista y podría dar su medida real, la que no ha logrado dar en su primer curso en el West Ham.