--Ahora viene cuando usted, tras el primer sorbo, con Sebastian Vettel habiendo ganado 6 de 10 grandes premios, superando en 77 puntos a Mark Webber, en 82 a Lewis Hamilton y en 86 a Fernando Alonso, me dice que aún hay campeonato.--Llevo muchos años en la F-1 como para pronosticar que esto ya está decidido. Es evidente que hay un claro dominador, un campeón, un favorito, que es Vettel, pero, con 25 puntos por victoria, y restando nueve carreras (225 puntos) puede pasar de todo y más ahora que hay tres coches muy igualados.

--Igualados después de que la FIA y Ecclestone hiciesen alguna que otra jugadita con las reglas.--No se equivoque. Igualados porque Ferrari y McLaren, que son las dos únicas escuderías que han demostrado estar capacitadas para pelear siempre por el título, han trabajado contrarreloj y han aportado mejoras aerodinámicas impresionantes, reduciendo, casi a cero, la ventaja de Red Bull.

--Que se ha dormido en los laureles tras ganar con facilidad.--Red Bull nos llevaba a todos medio año de ventaja en la investigación de los mapas motor y los difusores soplados. Ya ocurrió con el difusor doble de Brawn, que arrasó. Red Bull era, es, tan bueno, que tenía poco margen de mejora. No, no, no se han dormido, los demás hemos mejorado muchísimo. Cuando alcanzas la perfección, como ellos, arañar una centésima más te cuesta un mundo.

--Y, a partir de ahora, todo el mundo trabajará en el monoplaza del 2012.--Una cosa estaba clara: o alcanzábamos a Red Bull en julio o nos despedíamos del campeonato. Porque, en efecto, a partir de ahora todo el esfuerzo y la mayoría de horas de túnel de viento hay que dedicarlas al coche del año que viene.

--¿La igualdad está plenamente garantizada?--¿Vio la carrera de Nurburgring? ¡Por favor! Fue una maravilla. Tres coches, tres diseños, tres ideas, tres conceptos aerodinámicos diferentes: McLaren, Ferrari, Red Bull. Tres motores diversos, con distinta entrega de potencia: Mercedes, Ferrari y Renault. Y tres pilotos, tres estilos de pilotaje dispares: Lewis Hamilton, Fernando (Alonso) y Mark Webber. Y todo en 60 vueltas, separados por centésimas de segundo en cada giro. Maravilloso.

--¿No tiene la sensación de que cuando un coche es muy bueno, poco importa quién lo pilota, que cualquiera puede ganar con él?--Esa historia no es nueva y Fernando la conoce por propia experiencia. Es verdad que entre él, Hamilton y Vettel hay muy poca diferencia. En sus manos tienen centésimas de segundo, pero, a veces, entre el coche de uno y los otros hay más de un segundo. Y, entonces, claro, no hay carrera. Pero eso ahora se ha terminado.

--Pero siguen adelantándose más en los boxes que en la pista.--No tanto, no tanto. La F-1 es un deporte tecnológico de equipo. La estrategia anima las carreras. En las escuderías se vive en equipo. Piense que ahora incluso, en cada una de nuestras fábricas, hay decenas de ingenieros sentados ante los ordenadores analizando, visionando, lo que hacen nuestros rivales, sus cronos por vuelta, qué neumáticos llevan, oyendo sus comunicaciones por radio y ayudándonos a los que estamos en el muro, en el circuito, a decidir la mejor estrategia. De verdad, es apasionante.

--Usted es de los que defiende que el papel del piloto ahora es vital.--No lo digo yo, lo dice todo el mundo. El año pasado, con los Bridgestone, todo el mundo sabía la vuelta en que debía de cambiar las blandas por las duras. Pirelli ha hecho, expresamente, claro, un neumático que, cuando empieza a degradarse, ¡zas!, se muere de inmediato. Y es ahí donde los equipos y, muy especialmente, el piloto, el tacto del piloto, su sensibilidad, sus manos, han de saber cuándo es el momento preciso para cambiar. Si te equivocas de dos vueltas, palmas. La información que el piloto ofrece ahora al muro es vital, pues ha de cuidar al máximo sus ruedas y adivinar, calibrar, cuándo le están abandonando.

--Hablando de las manos y sensibilidad de los pilotos, aquí hay tres grandes, magníficos.--Están, sí, Fernando, Hamilton y Vettel, que son como Federer, Nadal y Djokovic. Para mí, Vettel es Djokovic, nadie esperaba que fuese tan bueno. Todo el mundo está siendo muy injusto, mucho, con él, pues es un grandioso piloto. La gente cree que gana porque pilota un Red Bull. Pues mire, Webber lleva el mismo coche y aún no ha ganado un gran premio este año.

--Y Fernando, ¿que le parece?--Es el mejor Alonso que hemos visto jamás. Está en plena madurez, su pilotaje es espectacular. Sigue siendo igual de rápido que siempre y ahora tiene una madurez bestial. Toma decisiones difíciles y acierta casi siempre. Ahora que estoy metido de lleno en McLaren y ayudo en la estrategia, cuando analizamos los números de Fernando, nos damos cuenta de que es el peor rival al que te puedes enfrentar.

--Es amigo de Alonso, fue su escudero en McLaren y ahora lo tiene enfrente...--No hablaré de aquella época, pero sí le diré que no hubiese deseado en la vida que dejase McLaren. Es mi equipo, mi escudería, Ayrton Senna corrió para McLaren. Cuando Fernando se fue a Ferrari, fue como si Messi fichase ahora por el Real Madrid. Durísimo, sí. Tenerlo enfrente es muy duro. Pero no por el cosquilleo que me produce al ser amigo, sino porque es buenísimo, muy bueno, mucho.

--Acabemos con su juicio sobre Lewis Hamilton, su pupilo.--Lewis es una bestia. Repito: una bestia. Un depredador. Rapidísimo. Muy agresivo. Es el típico piloto que no quieres que aparezca en tu retrovisor porque te incomoda, porque nunca sabes qué hará. Lewis solo corre para ganar. No le interesa ser segundo, lo desprecia. Es diferente. Muchas carreras las ha ganado por ser así, decidido.