Con la llegada de la época estival el Pirineo se llena de amantes del montañismo. Los apasionados de la naturaleza practican actividades atractivas como el alpinismo, la escalada o el senderismo. Una modalidad bonita y económica es la travesía.

Un recorrido espectacular une la localidad francesa de Cauterets con Sallent de Gállego, con parada y fonda en el refugio de Respomuso. Es un exigente recorrido que transita por el collado de la Facha a 2.664 metros. Cauterets es la localidad turística del Pirineo por excelencia. En invierno prima el esquí en Cambasque y en el verano es el reino de los senderistas. Son múltiples los recorridos de todo tipo de dificultades que se pueden realizar.

Desde Cauterets hasta Pont d´Espagne la senda trepa por el valle de Jeret, plagado de cascadas espectaculares. Pese a que en el mes de julio el tiempo ha estado salpicado de días lluviosos, los senderistas tienen suerte y la jornada ha amanecido con sol. Tras la primera hora y media de esfuerzo, quedan dos horas hasta el refugio Wallon, en pleno corazón del valle de Marcadau.

Desde Pont d´Espagne hasta el refugio francés se llega en dos horas. A partir de aquí el senderista tiene múltiples opciones. Se puede acudir a los lagos de Cambales, el collado de Arratille para ir a la cabecera del Ara, el Balneario de Panticosa por el puerto del mismo nombre o el Collado de la Facha, opción elegida esta vez.

Bien señalizado

El recorrido es evidente y está magníficamente señalizado con unos paneles informativos amarillos del Parque Nacional de los Pirineos. El agua es abundante desde el refugio, situado a poco más de 1.800 metros. Es un duro ascenso de 800 metros que se acomete en una dos horas y media aproximadamente.

El paisaje desde la frontera es admirable, plagado de ibones y de altas montañas, entre las que destaca hacia Francia el Vignemale y el Midí d´Ossau mirando a España. El siguiente objetivo es el refugio de Respomuso. El descenso, con escasísimas señales, se hace por el barranco de Campoplano. Al principio, el camino se corta por una media ladera con nieve en cuyo fondo descansa el ibón de la Facha.

Tras algo más de dos horas de descenso el andarín llega a las siete y media de la tarde al refugio de Respomuso. Se encuentra lleno. Tras la dura jornada, el montañero recibe la llave de su taquilla donde introduce su mochila y el empleado le indica en qué cama va a dormir. Antes de la cena la actividad es incesante. El refugio tiene una capacidad para 110 personas, pero ese día nueve montañeros no han aparecido. "Es lo peor de todo. Ni vienen, ni avisan", explica David Abajo, el responsable del refugio.

A las ocho comienza la cena. Dawa Tamang, el cocinero nepalí, ha preparado un suculento potaje de garbanzos y unas albóndigas con arroz, su especialidad. Personas que no se conocen de nada, se entremezclan en las mesas del comedor y cuentan sus experiencias. Los más abundantes son del País Vasco y de Cataluña. "También han venido de León, Madrid, Valencia, Asturias, Navarra, Francia y tan solo tres aragoneses", dice Abajo. El popular Fernando Garrido cena con una cliente de gala con la que va a realizar las Crestas del Diablo. Pero el objetivo para la mayoría es el Balaitous y la Facha.

Hasta el momento, ha sido un verano sin apenas accidentes. "La gente suele venir muy preparada. A finales de junio le cayó una piedra en la pierna a una persona en Casterillou. Pero ha habido poco más". La mayor parte de los montañeros que duermen en el refugio son experimentados. "Cuando hacen las primeras preguntas, ves enseguida su experiencia. Los buenos deportistas ya saben el pronóstico de la meteo". Un problema son las basuras. "La gente no se conciencia de este tema. Corresponde al excursionista responsabilizarse de su basura". A las diez y media de la noche toca silencio. Todo el mundo duerme tras la agotadora jornada. Al día siguiente solo queda bajar por el G.R.-11 hasta Sallent.