Más no se puede pedir al Mann Filter. Pese a los numerosos problemas económicos que atraviesan las aragonesas, ayer dieron una lección de buen básquet en el pabellón Siglo XXI. Las jugadoras de Víctor Lapeña se sobrepusieron a todos los obstáculos y ganaron al campeón de la Euroliga.

Lapeña era el hombre más feliz del mundo tras el encuentro. "Es el triunfo más bonito de mi vida", explicaba el zaragozano. Para Lapeña, la trayectoria del Filter en la Liga es "una superación constante. Lo nuestro es un particular triatlón y estamos realizando una competición por tierra, por mar y por aire", afirmaba.

Si la situación deportiva de las amarillas es inmejorable, el apartado económico no puede ser más negro. La directiva adeuda a la plantilla dos meses de este curso y también tienen retrasos del año pasado algunas jugadoras. Debido a esta situación Monroe, una de las estrellas del equipo, decidió no regresar a España tras las vacaciones navideñas. "Me tengo que olvidar de estos problemas. Solo deseo que no nos despierten de nuestro sueño. Estamos todos unidos y solo pienso en mi trabajo sobre la pista", explicaba Lapeña sobre el incierto futuro del histórico equipo.

El partido le salió bordado al Mann Filter. Para Lapeña, las claves del triunfo fueron "la fe, nuestra confianza y la preparación previa. Hemos jugado sin complejos", apuntaba Lapeña. El Filter marcó de manera especial a las figuras del Salamanca. "Hemos frenado a Fernández en sus contragolpes y hemos realizado dos contra uno sobre De Souza. Saqué al principio a Vynuchalova para que cansara a la pívot del Perfumerías", decía.

Durante el segundo cuarto bajó algo el nivel del equipo. "Hemos tenido fallos tontos de concentración. Pero todo ha estado muy medido. Hemos realizado un planteamiento a muerte". Lapeña ensalzó la actuación de todas sus jugadoras, pero quiso destacar a la base del equipo. "Cristina Ouviña ha estado desequilibrante y ha hecho todo bien sobre la cancha", explicaba.