En siete días, Jon Stefansson ha firmado su peor y su mejor partido desde que juega en la Liga ACB, y esta es su sexta temporada. Nunca antes había acabado con -9 de valoración como ante el CB Canarias, jamás había anotado 28 puntos para 34 de valoración como ayer en el Fontes do Sar. Su resurrección no es ningún milagro. Es simplemente la demostración de que la mentalidad, la convicción y, desde luego, el esfuerzo personal, resultan determinantes en el deporte.

Después de fallar casi todo lo que intentó hace una semana, Stefansson no solo no se escondió sino que saltó a la pista en Santiago dispuesto a comerse el mundo, preparado para asumir la responsabilidad, para capitanear al equipo, para liderar una nueva victoria del CAI. Su acierto fue prodigioso y eso le animó a continuar tirando para terminar con 6/9 en tiros de tres, lo que además le permite entrar en la historia del CAI al igualar el número máximo de triples en un encuentro. El islandés llegó hasta los 28 puntos, a los que sumó tres rebotes, una asistencia y cinco faltas recibidas. Total, 34 puntos de valoración en 22 minutos, lo que supone una media de 1,5 por minuto. Dicho de otro modo, todo lo que hizo Stefansson sumó, ayudó al equipo.