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El torneo de Roland Garros

Nadal busca la novena en París

El número 1 afronta como favorito la final ante un Novak Djokovic que también llega fuerte para ganar al fin el título

Nadal busca la novena en París

Mats Wilander escribía ayer: "Nadal, te odio". El campeón sueco había analizado el día anterior en su columna en el periódico deportivo francés L'Équipe el plan anti-Nadal que creía que debía utilizar Andy Murray para ganar al campeón en las semifinales. La fórmula era perfecta, según él. La utilizó su compatriota Robin Soderling para vencer al número 1 en el 2009. Pero, desde ese día, nadie le ha ganado. Si Murray tenía alguna táctica, o leyó los consejos de Wilander, no pudo ponerlos en práctica. Y Wilander aceptaba ayer resignado su error: "Nadal no tiene un plan, se adapta al rival, le obliga a cambiar de táctica y después le derrota". En París, Nadal se transforma. Juega con una coraza que parece indestructible.

Este año ha llegado con los peores resultados desde que ganó el primer título, en el 2005. Un solo título en la gira europea de tierra (Madrid) y tres derrotas (Ferrer en Montecarlo, Almagro en Barcelona y Djokovic en Roma). En un mes y medio se ha recompuesto. Hoy entrará en la central Philippe Chatrier (15.00 horas, Discovery Max y Eurosport) con los deberes cumplidos, con fe, en busca de su noveno título. Un récord para la historia del tenis. Desde hace días sus sensaciones son las mejores. El dolor en la espalda, si lo tuvo, ha desaparecido. Está preparado para la gran batalla. Para esa prueba que le pondrá Novak Djokovic y en la que busca la matrícula de honor. El tenista serbio es el único que parece capaz de hacerle hincar la rodilla en su tierra preferida. Le ha ganado las últimas cuatro veces que se han enfrentado, aunque en Roland Garros ha perdido en sus cinco enfrentamientos, el último en en una maratoniana semifinal a cinco sets en la que tuvo la victoria en sus manos.

"Si se mira la historia, Nadal es el favorito claro. Se mueve increíble y es capaz de devolver cualquier bola, pero pude ganarle el año pasado y creo que mañana no será imposible. Voy a luchar para conseguirlo. Es una final y quiero levantar el trofeo", asegura Djokovic. Igual que Wilander, el tenista serbio cree que tiene el plan anti-Nadal perfecto. Pero si quiere la Copa de los Mosqueteros hoy deberá ejecutarlo a la perfección y mantenerlo hasta la última bola en juego. Al otro lado de la red le espera un Nadal que ha cedido solo 40 juegos y únicamente ha necesitado 712 minutos para ganar los anteriores seis partidos. Nunca en sus ocho anteriores finales había gastado menos tiempo.

"EL RIVAL MÁS DIFICIL"

Nadal ha trabajado duro para conseguirlo. Ayer estuvo afinando sus golpes en un suave entrenamiento. Especialmente ese "poquito de revés" que cree que le falta. Lo necesitará ante Djokovic. "El rival más difícil posible", dijo. Nadal valora al serbio. Se han enfrentado en 42 ocasiones, récord en la era Open. Su rivalidad ha superado en número de partidos la que tiene con Federer (33 partidos) y otras como McEnroe-Lendl (36), Connors-McEnroe (35) o Agassi-Sampras (34).

"Me he visto envuelto en rivalidades con dos de los mejores jugadores de la historia. Para ser número 1 he tenido que hacer una barbaridad de puntos. Es el precio del deporte", se queja, sin valorar que el problema lo han tenido Federer y ahora Djokovic que, si no se hubiesen cruzado con él, tendrían más titulos. "Con Federer los partidos son más tácticos, más repetitivos. Con Djokovic se trata de jugar al límite de las posibilidades y ver quien aguanta más", destaca.

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