CNuando Alberto Contador dice que se ha apuntado a la Vuelta para "luchar por alguna victoria de etapa en la tercera semana". Solo hay que creerle a medias. El ciclista pinteño llevaba días tratando de pasar lo más desapercibido posible. Solo su director, Bjarne Riis, en Dinamarca, afirmaba que había "una pequeña posibilidad de que acuda a la carrera".

El entorno más cercano del corredor añadía, sin embargo, que las opciones de verlo en la ronda española eran "nulas". Y, ayer, en lo que ni era una sorpresa ni una declaración por azar, el ciclista confirmó su presencia en la prueba. "He tomado la decisión de correr la Vuelta. Nos vemos en Jerez". La prueba comienza el sábado, día 23, en la ciudad gaditana. Contador, de hecho, se había convertido en un misterio.

En un mundo tan dependiente ya de las redes sociales, llegaban mensajes de personas que afirmaban haberlo visto entrenando. Y no casualmente tranquilo. Su director, a preguntas de los periodistas daneses, confirmaba la semana pasada: "No está en el sofá". Pero poco más. Contador vive en el cantón de Lugano. Y allí lo habían visto. Por si fuera poco, uno de sus compañeros (el diario no citaba el nombre) explicó a La Gazzetta dello Sport que avanzaba en su preparación, en lo que el diario deportivo italiano interpretó hace una semana como "unos entrenamientos en secreto cara a la Vuelta".

LA CAÍDA DEL TOUR El equipo Tinkoff-Saxo lo preinscribió el día 5 a la prueba, aunque enseguida dijeron que solo era por si acaso, y que no iría. Él, mientras, seguía entrenando. ¿En secreto? De hecho no se escondía, tampoco tenía por qué hacerlo, salía por Suiza con su uniforme oficial. Y solo probaba su rodilla, o mejor dicho, el dolor en la rodilla derecha, la que se dañó cuando se cayó el 14 de julio en el descenso del Petit Ballon, adiós al Tour, al sueño de ganarlo.

Enseguida se habló de una fractura de tibia, lo que no solo lo habría apartado de la Vuelta, sino de competir durante varios meses. Luego, en Madrid, los médicos que lo atendieron diagnosticaron una fisura en la meseta tibial. Él tenía tanta prisa por entrenarse y por acudir a la Vuelta que, ya en Lugano, se sacó los puntos. Se le infectó la herida. "Renuncio a la Vuelta", así lo escribió en Twitter (22 de julio). "Solo ha sido un calentón", comentó Riis al día siguiente, en el Tour. Ahora, ya más tranquilo, Contador ha superado el dolor y su opinión al respecto ha cambiado.

SIN DOLOR "Llevo 10 días montando en bici y el miércoles fue el primer día que ascendí un puerto sin dolor. Eso me ha llevado a tomar la decisión de correr la Vuelta". Sin embargo, se une a la carrera quitándose presión al hablar solo de etapas y no de victoria. Pero, ¿sabe correr de otra forma que no sea para ganar? ¿Iría a la Vuelta si no cree en la victoria? Contador es mucho Contador.