Más alto y más difícil todavía. Diego Celma y Alberto Bescós parten el próximo 5 de septiembre hacia Ecuador. Allí les espera el Chimborazo, el techo del país andino con sus 6.268 metros de altitud. Esta cordada ya ascendió el año pasado el Toubkal, la montaña más alta del Atlas africano. El deportista de Maella Diego Celma ya es un montañero con cierta experiencia y Alberto Bescós está conociendo este bonito deporte pese a que sufre un linfedema.

El Chimborazo es el punto más alejado del centro de la Tierra y el punto más cercano al espacio exterior, razón por la cual es el punto más cercano al Sol. Por eso, medido desde el centro de la Tierra es la montaña más alta del planeta superando en dos kilómetros de altura al Everest. A 150 kilómetros al sudeste de Quito, su última erupción tuvo lugar en el año 550 después de Cristo.

El año pasado la experiencia de la pareja en el Toubkal fue magnífica. Estuvieron ocho días. "Alberto no tuvo ningún problema en su primera salida al extranjero. Lo tuvimos que hacer rápido puesto que llegaba un temporal muy fuerte y al tercer día salimos pitando". El linfedema hace que la linfa no circule bien por el cuerpo. "Lleva las piernas inflamadas siempre y eso para un montañero es una lata. Ahora está preocupado con el viaje puesto que es muy largo y tenemos que estar diez horas sentados desde Barcelona. Pero la clave es cómo aguantará la aclimatación". Bescós nació en Zaragoza hace 26 años. "Es un chaval muy jovial, muy valiente y fuerte físicamente. A pesar de lo que tiene, se entrena mucho y hace mucho deporte. Lleva unas medias comprensivas y se hace masajes continuamente para drenar la linfa correctamente", dice Celma. La pareja va muy preparada a los Andes. "Hace poco subimos el Posets y este fin de semana dormimos en el lago helado del Monte Perdido para ir ganando aclimatación cinco días antes de volar", afirma.

Diego Celma ya intentó hace dos años el Chimborazo, pero se quedó en la altura de los 6.100 metros. "Nos tuvimos que retirar porque había riesgo de aludes. Pero subí el Cotopaxi, de 5.897 metros. Ahora está erupcionando y nos puede echar al traste todo. Está expulsando ceniza en las zonas próximas".

Estarán 16 días en Ecuador. "En la cuarta jornada subiremos la primera montaña, el Imbabura, de 4.600 metros. Volvemos a Quito, que ya está a 3.000 metros. La siguiente montaña está pendiente por el problema del Cotopaxi. Barajamos el Quarihuarazo, que tiene 5.116 metros", apunta. A mediados de septiembre comenzará la recta final de la pareja. "Dormiremos en el refugio Edward Whymper en honor al primer montañero que ascendió el Chimborazo en 1880. Está a una altura de 5.000 metros". Les espera el día de cima un desnivel de 1.300 metros. "Se realiza por la noche. Saldremos a las diez para evitar que la nieve se ponga blanda", dice.

El ascenso a la cima será de unas ocho horas y otras cinco de bajada. "Será a mucha altura y ese será el inconveniente al ser la aclimatación muy rápida. Toda esa jornada solo pisaremos nieve y hay alguna ladera más expuesta. El terreno de ascensión tiene nieve perpetua a partir de los 5.000 metros. Antes es un paisaje desértico y árido", dice Celma, que considera que es una montaña "traicionera debido a los aludes. Allí ya han muerto 70 alpinistas", afirma.

Amistad

Celma y Bescós son amigos desde que iban al colegio Calixto Ariño del barrio de San José. "Luego fuimos juntos al Pablo Gargallo. Nuestras madres son muy amigas y empezamos a hacer montaña a la par en el Pirineo". Celma pertenece al Zalagarda de Caspe, tiene 27 años y es su quinta ascensión al extranjero. "Fui en el 2012 al Nepal para subir un pico de 5.600, el Tharpu Chuli. Después estuve en el Cotopaxi y realicé un viaje al Nanda Devi, en la India, un pico de 7.000 metros. Fueron 500 kilómetros en bicicleta en el 2013. Finalmente fui al Toubkal el 2014", concluye Celma.