Stevan Jelovac sostiene al CAI Zaragoza. Ayer en San Sebastián y antes en tantos otros partidos. El serbio, con todos sus defectos, es determinante, mucho más en una plantilla en la que no abundan ni los killers ni los líderes, en la que el acierto y la determinación no sobran y, a veces, el balón quema. A Jelovac no, no le tiembla el pulso, para lo bueno y para lo malo, no se va a esconder nunca. En Illumbe fue lo mejor de un CAI al que le costó encontrar el acierto exterior y explotar su superioridad bajo el aro. El ala-pívot acabó con 25 puntos (5/7 en triples) y 32 de valoración en 23 minutos de juego para que el CAI Zaragoza ganara por 75-84 al colista y respirara un poco más en la clasificación.

Todavía no está completamente salvado pero hizo los deberes ante un Gipuzkoa ahora un poco más condenado al último puesto. Se impuso al final en un partido parejo, igualado durante muchos minutos y con un juego propio de equipos de la zona baja de la tabla, tirando a malo durante muchos minutos. Al CAI Zaragoza le costó mucho encontrar su sitio en la pista y tan solo pudo sacar partido de la calidad de Jelovac pero no del resto de sus presuntas ventajas. Lo importante, al fin y al cabo, fue el triunfo para acercarse un poco más al final de una temporada poco memorable.

A ambos equipos les faltó consistencia y continuidad. Además de acierto durante muchos momentos, sobre todo en una primrea mitad dominada por el Gipuzkoa. El CAI echó en falta un perímetro algo más solvente porque, a pesar del regreso de Sastre, no encontró un jugador fiable al princpio. Después apareció Benzing. Su mayor ventaja estaba en teoría, como siempre, en la pintura. Pero ni Norel ni Kravtsov lograron imponer su ley. De hecho, al ucraniano le costó mucho salir vencedor en su pelea con David Doblas.

MEJOR LA SEGUNDA PARTE La defensa en zona del CAI dejaba a los tiradores guipuzcoanos solos, pero estos fallaban. El Gipuzkoa, liderado por un sobrio Llompart, logró imponerse cuando el CAI no encontraba el camino al aro rival. Las tornas cambiaron en la segunda mitad. El conjunto local continuó con excesivos problemas para anotar salvo en un momento fugaz de acierto de Taquan Dean al final del tercer cuarto. Para entonces el CAI ya se había encomendado a Jelovac y de la mano del serbio puso la directa en una segunda parte en la que anotó veinte puntos más que en la primera.

Con Jelovac entonado el CAI logró llevar su ventaja a los diez puntos (50-60) al inicio del último parcial, una distancia insalvable para un conjunto con tan pocos puntos como el donostiarra. El serbio siguió anotando hasta el final y se le sumó Benzing, que terminó con 15 puntos. Además de la victoria, la buena noticia para el CAI fue el regreso de Joan Sastre, que debe ir recuperando sensaciones en su mano. Porque el equipo aragonés volvió a adolecer ayer de un perímetro escaso en aportación. Los bases tampoco ayudaron con puntos, Tomás tiró poco y solo Benzing mantuvo el tipo.

Con eso y con Jelovac, suficiente para ganar al colista, sumar ya diez victorias y sacar un poco la cabeza en una jornada propicia para el equipo aragonés por el resto de resultados. Pero el CAI todavía no puede respirar tranquilo del todo. Necesitará, al menos, un esfuerzo más el próximo domingo frente al Manresa porque lleva dos victorias de ventaja a falta de cinco jornadas.