Hay muchas razones para explicar una derrota en baloncesto pero a veces basta con una bien simple y evidente: no meter canastas. Es lo que le pasó, entre otras muchas cosas, claro, al Tecnyconta Zaragoza en el Olímpico de Badalona. Su ataque fue un desastre durante prácticamente los cuarenta minutos de juego y terminó el partido con un pobre 40% de acierto de tiros de dos, su peor estadística de esta temporada. Unido a que fue a la línea de personal menos de la mitad de veces que su rival (13 por 28), esta vez no le salvó ni su aceptable puntería desde el triple (10). Al equipo de Porfirio Fisac le faltaron puntos.

El conjunto aragonés se quedó lejos de su 51,57% de acierto que promedia en los tiros de dos puntos y firmó su peor actuación de la temporada en este apartado. Curiosamente el Tecnyconta sumó las mismas canastas de dos que su rival (17), pero mientras el Joventut solo necesitó 34 lanzamientos, el cuadro zaragozano lo intentó hasta en 42 ocasiones. Porfirio Fisac suele insistir siempre en las ruedas de prensa previas a los partidos en que una de las claves para que su equipo pueda llevarse el triunfo, ante el rival que sea, será el grado de acierto que exhiba. Y es que el juego de velocidad que practica el conjunto aragonés, el de mayor número de posesiones por partido de toda la ACB, exige precisión para ser eficaz y no convertirse en un correcalles.

Y precisión fue precisamente lo que le faltó al Tecnyconta en Badalona. Más que nunca. Para jugar, para mover el balón y generar espacios y, como consecuencia, para anotar. Empeoró incluso el 43% del Palau (16/37), el que ha sido su peor partido del curso. Al contrario, en sus mejores puestas en escena superó el 60%. Lo hizo en Burgos (26-43, un 60%) en una actuación solvente, en Tenerife (27/42, un 64%) en una de sus actuaciones más redondas fuera de casa, ante el Joventut (29/45, un 64%) el día que registró la victoria más abultada de su historia y en casa del Real Madrid (30/49, un 61%), la jornada que más cerca ha estado nunca de tumbar al gigante blanco por primera vez en su trayectoria.

UNA CONSTANTE

Esa ha sido la única ocasión en la que ha caído con un acierto tan elevado. Ante el Andorra también perdió superando su media (53%) y en Málaga, igualándola (51%). Sin embargo, lo habitual en las derrotas del equipo ha sido un bajo porcentaje de acierto en tiros de dos, por debajo de su promedio habitual. Sucedió así en la jornada inaugural en Vitoria (47%), en el Palau (43%), ante el Fuenlabrada (46%), contra el Obradoiro (46%) y en Manresa (49%). Las únicas ocasiones en la que se ha impuesto con un acierto notablemente menor del habitual ha sido contra el Estudiantes (43%) y el Murcia (46%). Ante el Gipuzkoa y el Gran Canaria lo logró con un 50%.

En Badalona fue prácticamente una constante desde el inicio. Salvo en los primeros cinco minutos del último cuarto, en los que consiguió al fin anotar con regularidad y recortar la diferencia en el marcador hasta los cinco puntos, al equipo aragonés se le hizo el aro pequeño, muy pequeño. Por ejemplo, en los primeros diez minutos de partido anotó tantas canastas de dos como de tres (3), evidenciando sus problemas para superar con claridad a la defensa rival.

Un problema que arrastró hasta el final en un día en el que solo Radovic y Berhanemeskel fueron fiables en el lanzamiento y en el que hasta el último cuarto no pudo pasar de los 20 puntos anotados (16, 19, 14 y 24). En Badalona constató, en definitiva, el bajón que su juego ha experimentado en las últimas semanas. Ahora tiene casi tres hasta el próximo partido (el 2 de marzo) para recuperar piezas y trabajar para restablecer el ritmo y las sensaciones mostradas anteriormente.