-¿Qué siente un canterano al llegar al primer equipo?

-Sientes que al final realizas el sueño que tienes desde niño, poder jugar en el club de tus amores. Tuve suerte y a la vez mala suerte. Tuve fortuna de poder ver que ese sueño se hacía realidad pero mala en cuanto haber jugado tan poco.

- ¿A qué se debió esa mala suerte?

-Tropecé con muy buenos jugadores en el primer equipo. Prácticamente eran todos internacionales con España, Paraguay o Argentina.

-Coincidió con algunos de los máximos goleadores de la historia del Zaragoza como Valdano, Amarilla o Pichi Alonso.

-Con esos delanteros que había en la plantilla era muy complicado tener minutos pero a pesar de esta gran competencia pude jugar en el equipo de mi ciudad.

-Esto provocó que solo jugase 14 partidos en el primer equipo.

-Debuté en el Zaragoza con 17 años y jugué hasta los 24 pero siempre estuve a caballo entre el filial y el primer equipo. El club buscó que el filial lograse el ascenso a Segunda División y finalmente lo conseguimos en el 85.

-¿Qué recuerda del día de su debut con la blanquilla?

-Mi estreno fue una derrota (1-0) ante el Osasuna en El Sadar. No guardo un buen sabor de boca de aquel día porque ni jugué bien ni ganamos, solo me guardo la ilusión de haber debutado con el primer equipo.

-¿Cuál fue su mejor momento con el Zaragoza?

-He conseguido muchas cosas a nivel individual como el galardón a mejor jugador y de máximo goleador en un torneo internacional en Holanda en el que participaron jugadores como Koeman o equipos grandes como el Bayern de Múnich. En lo colectivo destacaría mi estreno en La Romareda con una victoria ante Las Palmas (1-0) gracias a un gol de Amarilla en el último minuto.

-¿Se encontró muchas piedras en el camino antes de llegar a la cima?

-Fue muy complicado aunque la dificultad aumenta cuando tienes que mantenerte en lo más alto. Había muchos jugadores de gran nivel, si nosotros estuviésemos jugando ahora seríamos posiblemente ídolos. A pesar de eso, coincidió con la mejor época del filial ya que conseguimos un ascenso meteórico desde Tercera hasta Segunda.

- Fue la única participación en la historia del filial en Segunda.

-El Deportivo Aragón era un equipo completamente profesional. Antes de ascender conseguimos llegar a la tercera ronda de la Copa del Rey donde fuimos eliminados por la Real Sociedad. Nuestras grandes temporadas me abrieron las puertas de otros equipos de Primera División pero decidí quedarme ya que la política del Zaragoza era clara. Estuve subiendo y bajando con el primer equipo e intentamos mantener al filial en Segunda pero no logramos la salvación.

-Ahora el filial está apurando sus opciones de ‘playoff’ a Segunda División B.

-Quizás es uno de los filiales más jóvenes de la historia del Zaragoza. Este año han acertado con apostar por un equipo muy joven aunque corran el riesgo de no entrar en la promoción. Pero al ser un proyecto de futuro acabarán formando un buen bloque que podrá subir a Segunda B.

-Usted fue campeón de la Copa del Rey de 1986.

-Aunque no participé mucho lo viví intensamente como zaragocista que soy y ya que era integrante de aquella plantilla. La ciudad se volcó con la celebración porque el club llevaba muchos años sin ganar ningún título. Intervine muy poco en las primeras rondas y ya cuando llegaron las rondas importantes no entraba en los planes del técnico.

- ¿Es Beenhakker el entrenador que más le ha marcado?

-Solamente puedo decir cosas positivas de Beenhakker. Empezando por la implantación de una idea futbolística completamente diferente a lo que se estaba viviendo en España. Era un entrenador con la filosofía del fútbol holandés, moderno, estilo del Barça e introdujo el control del juego a partir de la posesión del balón.

-¿Por qué decidió marcharse del Zaragoza?

-Me fui en el 86 por falta de oportunidades. El Zaragoza me cedió tras presentarme una oferta de renovación para dos años. Personalmente me sentí valorado pero fue un acierto irme a un equipo del nivel del Logroñés. Ascendimos a Primera, metí 14 goles y fui el único jugador del equipo en disputar todos los partidos de Liga.

-¿Alguna vez aspiró a jugar en algún grande?

-Disputamos un partido en pretemporada contra el Real Madrid en un Memorial a Guruzeta. Me salió todo redondo, metí tres goles que hicieron que el Atlético de Madrid se interesara en mí.

-Un año después fue traspasado al Hércules de Alicante.

-Me había revalorizado mucho en la campaña anterior debido a mis excelentes números de cara a la portería e incluso el Zaragoza me quería nuevamente pero el Hércules pagó 10 millones de pesetas (60.000 euros) por mi traspaso y me ofrecieron una cantidad económica muy importante que no pude rechazar.

-¿Prefirió lo económico a lo deportivo?

-Creo que me equivoqué en el tema deportivo porque podría haber seguido en el club ya que fue un año en el que se jugó la Recopa y sufrieron muchas lesiones en la parcela ofensiva.

-¿Por qué decidió comenzar en la formación de jugadores?

-Mis amigos empezaron a entrenar en el Amistad y un día faltó uno de ellos por lo que me preguntaron si me apetecía. El coordinador, Eduardo Palacio, me metió a un vestuario y delante de los chavales dijo «este es vuestro entrenador» y a partir de ahí no paré de entrenar hasta hoy.

-Tras 25 años has decidido descansar.

-Creo que es el momento de dar paso a las nuevas generaciones. El Amistad ha tenido hasta hace poco un campo de tierra y era difícil traer buenos jugadores para lograr el ascenso a la División de Honor Juvenil. Ahora solo me dedico a la coordinación y hemos inaugurado los domingos por la mañana la academia para los más pequeños.

-El Amistad siempre ha sido una de las canteras de Aragón. ¿Duele ver al director deportivo del Zaragoza irse al extranjero a buscar jugadores?

-Eso es la ley de la demanda. Ahora la situación es diferente a mi época, no solo hay un camino y los jugadores pueden irse fuera. Ahora nuestros jugadores no tienen por qué pensar en solo llegar al Zaragoza si no que hay muchos españoles distribuidos por el mundo viviendo del fútbol. Lo importante es que las fronteras están abiertas para todos.

-De su paso por la Ciudad Deportiva, ¿cúal es el mejor jugador que ha llevado?

-Sería injusto tener que decidir entre todos pero el que más repercusión ha tenido es claramente Ander Herrera. He entrenado a casi todos los jugadores aragoneses que están a nivel profesional actualmente. He tenido la suerte de llevar a grandes jugadores como Ignacio Camacho, Pombo, Lasure, Lafita, Whalley o Sergio Buenacasa.

-Usted dirigió a la famosa generación que se proclamó campeona en el torneo de Brunete.

-Fue la única vez que el Zaragoza ha sido campeón. Ander Herrera y Barba marcaban las diferencias dentro de un equipo con una mentalidad y un convencimiento en sus posibilidades que ganó todos los partidos que jugó menos uno.

-Ahora hay un primer equipo cada vez más plagado de jugadores procedentes de la cantera.

-Me alegro porque están adquiriendo cada vez más importancia en el equipo. El nivel del fútbol en Segunda te obliga a tirar de canteranos para poder tener patrimonio. Con los problemas económicos que tenemos, los canteranos serán tarde o temprano los que asciendan al equipo a Primera División.

-El último jugador que llevó en juveniles fue a Pombo.

-Fui el primero que lo empezó a poner de mediapunta y metió 13 goles. Era juvenil de segundo año, el Zaragoza lo cedió porque supuestamente no valía pero lo recuperó rápidamente para jugar en División de Honor. Es un chico que tenía mucha personalidad y aun estando cedido con nosotros estaba convencido de que iba a ser futbolista profesional.

-La gente es bastante crítica ahora con Pombo.

-Tiene mucho carácter y personalidad. Solamente le gusta ganar y se exige mucho. Pombo ha llegado al primer equipo por la confianza que tiene en sus posibilidades.

-¿Cómo vive la complicada situación actual?

-Lo que realmente me da pena es que todos los chavales que tienen menos de diez años solamente han visto a un Zaragoza en Segunda División. El Zaragoza casi nunca ha estado en Segunda, ha sido un club que ha ganado Copas del Rey, le ha metido un histórico 6-1 al Madrid o alguna que otra gran gesta ante el Barcelona. El problema es que los más pequeños nunca han visto aquello pero, eso sí, continúan siendo del club de su ciudad.

-¿En qué debe mejorar el Zaragoza para volver a ser el de antaño?

-El Zaragoza tiene un problema económico y cada año está más limitado que el anterior. Uno de los valores más importantes que tiene el equipo actualmente es la afición, que con la ilusión que tiene todo el mundo y la paciencia que demuestran más tarde o más temprano se conseguirá el ansiado objetivo.

-En el final de su carrera jugó en el Andorra, club que en estos momentos está inmerso en una importante crisis económica.

-Llevan arrastrando esa crisis económica desde hace años y no sé sabe hasta cuándo la podrán aguantar. Es un club que tiene muchos socios y una gran afición, con mucha historia pero el lastre económico que llevan encima les hace estar en la categoría que están (Preferente).