25 paseos y excursiones editado por Prames llena un gran vacío en este atractivo rincón del Pirineo aragonés. Hasta ahora era muy significativo que no se hubiera escrito una guía senderista de la zona. «Se realizó un proyecto de señalización del Ayuntamiento de Jaca en el 2007 y otro posterior en el 2012, junto a una publicación del CP Mayencos. Estaba más enfocada para gente de fuera y esquiadores. Aquí en verano viene mucho turista navarro y vasco. Y en las oficinas de turismo ofrecían unos folletos muy simplones», explica Chema Tapia, el autor del nuevo libro.

Este zaragozano lleva viviendo en Jaca 30 años y es su segundo libro. El primero fue 100 cimas de Aragón. La idea del nuevo libro fue del propio Tapia. «La editorial Prames lo acogió con mucho interés», reconoce. A Tapia no le costó excesivamente realizar el libro. «El de las cien cimas lo elabore en cuatro años y el segundo, en uno. Soy del Club Atletismo Jaca y llevo con ellos recorriendo todos los caminos desde hace 30 años. El 90% lo tenía hecho». La mayoría de las fotos son de Tapia, la maquetación es de Prames y la portada del ábside de Santa María de Iguacel es la protagonista de la guía.

Pero debido a la crisis sanitaria todo se truncó y no se ha podido aún presentar el libro. Estaba previsto para el pasado 21 de abril en la casa de cultura María Moliner de Jaca, en la que estaría presente el concejal de cultura Javier Acín. «El Ayuntamiento de Jaca estuvo encantado de colaborar con el libro. Tampoco se pudo celebrar el día de San Jorge. Antes del 15 de marzo se vio cortada la distribución del libro. Pero está en todas las librerías con prensa como por ejemplo en Siglo, que está en la calle Mayor de Jaca. El primer pedido se ha agotado y ya han solicitado el segundo», explica Tapia.

El autor lleva confinado en su casa siete semanas consolándose con el gran panorama desde el balcón de su casa de Peña Oroel, la Solana de Jaca o el monte Grosín. «Ahora hay que aguantarse. Llevamos tantas semanas sin salir de casa que de golpe no haré una excursión de ocho horas cuando se flexibilice el confinamiento. La primera que realice tras la pandemia será seguramente por el valle del Aragón», dice.

El libro lo componen 25 rutas distribuidas en 125 páginas. Más de la mitad parten de Jaca y muchas sin circulares. Se dividen en ocho apartados. «Son Abrazando a Jaca Vereda Este, Vereda Oeste, Centro-Sur, entorno de Monte Oroel, entorno de San Juan de la Peña, entorno de La Garcipollera y alta montaña de Jaca», explica.

La estructura

En cada ruta hay una reseña técnica, el horario, las distancias, la valoración del método MIDE, el perfil y a página completa un plano de la ruta. «También hay un destacado de cada ruta, un preámbulo de José Manuel Román, alcalde de Jaca y una introducción mía», dice.

Las rutas son muy variadas, desde los 45 minutos de duración a las ocho horas. Las hay de 80 metros de desnivel a los 1.200 y de una longitud desde 2 a 30 kilómetros. Tapia recomienda una muy fácil para niños. «Es la de los miradores de San Juan de la Peña y tiene dos kilómetros de longitud, 80 de desnivel y cuesta recorrerla menos de una hora. Se puede ir a la pradera de San Indalecio donde está el monasterio nuevo en coche. Allí están los miradores de San Vicente, San Voto».

Las hay exigentes como la de Astun. «Es de ocho horas de duración, 1.300 metros de desnivel y 17 kilómetros. Se asciende al Arco Norte de Astún, que se toma en el puerto de Somport, se pasa al collado de los Monjes y se llega al pico Malacara, bajándose a los ibones de las Truchas y las Ranas en Astun. También hay la opción de subir el pico de los Monjes, de 2.350 metros. Las vistas del Midi d’Ossau y la cabecera del valle del Aragón son espectaculares», explica.

El Oroel tiene cuatro rutas. «La más dura tiene una duración de casi nueve horas, 1.250 de desnivel y 28 kilómetros. Es la que sube a Oroel por las calzadas. La ruta clásica es desde el parador. Otra es desde Barós y por el extremo oriental de Oroel va a la Punta Bacials. La última es por la Solana de Oroel con un paseo a Bernues. En está no se alcanza la cima», apunta.

Todas las rutas se puede hacer a lo largo del año a excepción de la de Astún, con nieve en el invierno. Una recomendación final para la primavera. «La de la Solana es más recomendable para la primavera. Con lo que ha llovido la vegetación está preciosa con los campos de colza amarillos», finaliza.