El Banco Zaragozano, uno de los pocos en España que conserva su nombre inicial, fue fundado el 8 de enero de 1910 por José García Sánchez, que aglutinó a un pequeño grupo de aragoneses inquietos por la economía y el futuro de Aragón. Con un crecimiento paulatino y sorteando las crisis de un siglo convulso, el Zaragozano será recordado, sobre todo, por sus últimos años, en los que Alberto Cortina y Alberto Alcocer ocuparon la presidencia y revolucionaron la entidad. En estos años llegó a ser el primero de los bancos medianos y, por ello, de los más codiciados para las entidades que querían implantarse en el mercado español, y también para las que ya estaban y buscaban aumentar su tamaño y presencia.

Cortina y Alcocer se auparon a la presidencia del banco el 10 de mayo de 1997, aunque ya habían impuesto su política en los años anteriores, pues se incorporaron en 1990 al Consejo de Administración, que estaba presidido por José Ramón Alvarez Rendueles.

La independencia que había caracterizado a la entidad desde sus inicios se vio truncada el pasado marzo, cuando el Tribunal Supremo condenó a tres años y cuatro meses de prisión a Cortina y Alcocer y les obligó prácticamente a dejar la presidencia y el capital del banco.