El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, apremió ayer a los agentes sociales para que se olviden la cláusula de revisión salarial y recuperen la "trayectoria de moderación salarial" de modo que la actual "fase de desaceleración y ajuste" de la economía --crisis, en lenguaje de la calle-- no se cebe en la destrucción de empleo, sobre todo, del temporal.

Pero, según esto, el 2008 no ha empezado bien. El gobernador constató ayer que en la primera parte del año la pérdida de empleo se ha concentrado en los contratos temporales, al tiempo que han repuntado los costes laborales (el coste laboral por trabajador y mes creció el 5,1% en el primer trimestre, según publicó ayer el INE). En el tradicional discurso anual del gobernador para presentar su informe ante el consejo del Banco de España, Fernández Ordóñez diagnosticó que el "ajuste" de la economía está siendo más intenso de lo esperado y advirtió de que una intensa pérdida de empleos provocaría "efectos multiplicadores" de la crisis, palabra que no dijo.

INFLACIÓN PREOCUPANTE

El gobernador reconoció que tasas de inflación superiores al 4%, como las de los últimos meses, suponen "una fuerte merma" en el poder adquisitivo de "buena parte de la población". No obstante, destacó que gran parte del problema tiene que ver con factores externos, como el encarecimiento del petróleo y los alimentos. Y "no parece razonable que cuando el aumento de inflación tiene su origen en un incremento de los precios de importación de diversas materias primas, los mecanismos de indiciación existentes intenten evitar la pérdida real de renta que dicho encarecimiento implica".

Por ello, Fernández Ordóñez abogó por abolir las cláusulas de revisión salarial --que, en su opinión, suponen un menor incentivo para crear empleo-- y por acometer una reforma de la negociación colectiva que permita vincular los sueldos a la productividad y las condiciones económicas de sectores y empresas.

El gobernador instó al Gobierno a preservar el saneamiento de las cuentas y a no caer en la tentación de aumento del gasto o reducción de impuestos "que pudieran implicar un deterioro permanente" del superávit. A las comunidades autónomas les pidió un esfuerzo especial de contención del gasto, acorde con la menor recaudación de tributos ligados al sector inmobiliario.

El gobernador expresó su preocupación por el sistema de pensiones. Dijo que, de no acometerse "pronto" reformas adicionales, que sirvan para aumentar "su grado de contributividad" y fomenten el desarrollo de sistemas complementarios (planes de pensiones y otros), la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas resultará cada vez "más costosa y difícil".

Fernández Ordóñez también urgió al Gobierno para abordar otras reformas como la del sistema de alquiler de vivienda y abogó por reducir el plazo mínimo de los contratos (de cinco años). También demandó más competencia en energía, ferrocarril y telecomunicaciones y una mayor liberalización del comercio.

El gobernador elogió la fortaleza de las entidades financieras españolas que, en su opinión, constituye un soporte para encarar las actuales dificultades económicas. Pero les advirtió de que las excelentes condiciones en que se ha desenvuelto el sistema financiero "en los últimos catorce años" (crecimiento económico y construcción residencial) no volverán a repetirse, por lo que "bancos y cajas han de acostumbrarse a un descenso notable de las tasas de crecimiento del negocio". Por eso, les recomendó la búsqueda de nuevos "nichos de negocio". También les instó a reducir costes y sucursales, "tareas perentorias para los bancos y las cajas de ahorro".