El presidente de EEUU, Barack Obama, ha suspendido las negociaciones contra reloj que durante toda la semana han mantenido republicanos y demócratas en la Casa Blanca para intentar elevar el techo del endeudamiento público y ha emplazado a los líderes de ambas formaciones a continuar el diálogo en el Congreso y a proponer "un plan de acción" durante este fin de semana. "Ha llegado la hora de tomar una decisión" sobre el techo de gasto, ha subrayado Obama, que tiene previsto comparecer este viernes a las 11.00 horas (17.00 horas en España) para dar cuenta del estado de la negociación. El jefe de la Casa Blanca considera que republicanos y demócratas disponen ya de toda la información "detallada" sobre la crisis de deuda que vive el país y les toca ahora esforzarse para alcanzar un acuerdo. Les ha dado de plazo el fin de semana. El próximo 2 de agosto expira el actual límite de endeudamiento de 14,29 millones de dólares. Si no hay acuerdo para elevarlo, Estados Unidos entrará en suspensión de pagos, por primera vez en su historia. Obama, cuya propuesta inicial estaba ligada a una ambiciosa reducción del déficit valorada en unos cuatro billones de dólares en los próximos diez años, sigue abogando por el "acuerdo más amplio posible", pero se muestra ahora más dispuesto que antes a aceptar un plan más modesto, con un recorte de unos dos billones de dólares como quieren los republicanos. Pese a concesiones como recortes a la Seguridad Social, el plan de la Casa Blanca sigue incluyendo subidas de impuestos a los más adinerados, algo que los republicanos aseguran que no aceptarán. La idea que parece más viable es un paquete moderado de reforma de impuestos, que puedan aceptar quienes mantienen posiciones más rígidas en cada partido. De fallar el resto de alternativas, la Casa Blanca ha aceptado como plan de contingencia el propuesto por el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, que concedería al presidente la máxima autoridad a la hora de elevar el techo de la deuda. Sin embargo, después de esa acción, Obama debería ceder el relevo al Congreso para que decidiera dónde y cómo hacer los recortes necesarios. Pesa sobre los líderes políticos la amenaza de la rebaja de la calificación de la deuda soberana que han lanzado en las últimas horas tanto Moody''s como Standard & Poor''s si no hay acuerdo para elevar el techo de gasto. Esta última agencia ha ido un paso más allá y ha advertido de que la rebaja se aplicará igualmente si el acuerdo es a corto plazo. "No firmaré un acuerdo a corto plazo", aseguró el jueves Obama.