El panorama aeroportuario empieza a aclararse. Al aeropuerto de Barcelona-El Prat y al de Madrid-Barajas les quedan pocos meses en la situación actual. Si se cumple el calendario marcado, en la próxima primavera dos sociedades concesionarias se encargarán de gestionarlos. La privatización de ambas instalaciones, aprobada ayer por el Consejo de Ministros, supondrá unos ingresos de por lo menos 5.300 millones de euros en concepto de canon inicial, además de los 230 millones anuales, que podrían ser más. Toda una bocanada de aire fresco para las arcas del Estado.

AENA reclama que esos 5.300 millones sirvan para enjugar la deuda que acumula, admitió su presidente, Juan Ignacio Lema. La decisión es del Gobierno, pero todo parece indicar que por lo menos una parte de ese montante irá a parar a la gestora aeroportuaria, a la que ayer también se autorizó a vender hasta un 49% del capital de Aena Aeropuertos. El objetivo es que cuando se realice la privatización parcial de la firma, esta sea lo más atractiva posible para los futuros inversores. O sea, que no arrastre el millonario déficit que tiene como consecuencia de las inversiones que se han llevado a cabo en los últimos años en la red.

30 DE JULIO Dos de las instalaciones que más beneficiadas han salido en esas obras han sido justamente Barcelona y Madrid. Las joyas de la corona, con 15,87 millones de viajeros entre enero y junio en el primer caso y con 23,9 en el segundo, serán responsabilidad de una concesionaria a partir de marzo o abril del 2012. Esa firma será adjudicada a mediados de noviembre de este año, todo apunta que en la recta final de la legislatura.

Pero al secretario de Estado de Transportes, Isaías Táboas, no le preocupan esas urgencias electorales, porque sabe que, ahora sí, la reforma de todo el sistema aeroportuario español está encarrilado y bien encarrilado. "Estamos dando un paso muy importante", expuso ayer en la sede del Ministerio de Fomento poco antes de que el Consejo de Ministros aprobara la constitución de las concesionarias, que se encargarán de los aeropuertos durante un periodo de 20 años, prorrogables a cinco más.

La siguiente parada en el camino es el inicio de la licitación, que se aprobará el 30 de julio. Es decir, que las empresas con experiencia en gestión de aeropuertos podrán presentar sus ofertas. Aena Aeropuertos pide un canon inicial de 3.700 millones de euros para Barajas y 1.600 para El Prat.

Además, se deberá abonar un canon anual equivalente al 20% de la facturación que consiga la concesionaria y que será de por lo menos 80 millones para el aeródromo barcelonés y 150 para el madrileño. O sea, que aunque haya una crisis de ceniza volcánica y se tenga que detener la actividad, Aena Aeropuertos continuará cobrando.

SOCIEDAD DE VIGILANCIA Las dos empresas que resulten vencedoras, que tendrán que ser diferentes para que los aeropuertos puedan competir entre sí, se encargarán de la operación, explotación, administración, promoción, conservación y mantenimiento de las instalaciones. No obstante, y para velar para que estas empresas cumplan con los objetivos marcados, se creará una ´sociedad de vigilancia´ en la que, además del Ministerio de Fomento también estará, en el caso de Barcelona, la Generalitat, los ayuntamientos y las cámaras de comercio. Además, Aena Aeropuertos, la nueva sociedad creada tras la escisión de la actual Aena, mantendrá el 9,95% del capital de ambas concesionarias.

La privatización de la gestión aeroportuaria es una novedad en el mercado español de las concesiones, ya que se trata de los primeros aeródromos que dejarán de ser públicos y pasarán a manos de capital privado.