La generación ni-ni es una minoria y los jóvenes se independizan más a pesar de la crisis, según se desprende de las cifras que recoge la ultima edición del estudio de ManpowerGroup El mercado de trabajo en los primeros meses del 2011 y la respuesta de los jóvenes a la crisis de empleo.

Entre los problemas que ha generado la crisis, el más relevante es el aumento de la tasa de paro entre los colectivos más jóvenes, que en comunidades como la aragonesa han absorbido el grueso de la pérdida de empleo. En los grupos de 45 a 54 años y de 55 a 64 se ha creado empleo. El estudio aborda, por una parte, los cambios registrados en el mercado laboral en el semestre de octubre del 2010 a marzo de este año y, por otra, cuál ha sido la respuesta de los jóvenes ante la situación de crisis.

De este modo, las cifras dibujan que esta caída ocupacional ha comportado un intenso incremento del desempleo entre los jóvenes, hasta el 29,1% en el primer trimestre del 2011, muy por encima de la tasa de paro de la población activa --que en estos momento es del 17,1%--. En todo caso, frente a lo que podría pensarse a priori, son cada vez más los jóvenes, tanto de Aragón como del resto de España, que se independizan a pesar de la crisis y tratan de abrirse un camino fuera del hogar familiar. Mientras en el 2007 un 39,6% de los jóvenes vivía fuera del hogar paterno, en el primer trimestre del 2011 esa cifra se ha elevado hasta el 40,6%, contrastando con el 30,3% de independizados que había en 1995. En cifras absolutas se ha registrado un intenso aumento, concretamente de cerca de un millón, desde los 3,6 a los 4,6 millones, entre 1995 y 2011.

Menos ´ni-nis´

Los datos del estudio revelan una disminución en el número de ni-nis, es decir, de jóvenes que según la opinión mayoritaria viven de sus padres hasta que puedan vivir de sus hijos. Frente a la creencia popular, ni son tantos ni es un fenómeno nuevo. De hecho, los jóvenes que ni estudian ni trabajan y viven en el hogar paterno pasaron de ser 450.000 en 1995 a unos 350.000 en el 2007.

En porcentajes estas cifras suponen el 3,8% de todos los jóvenes de 1995 y el 2,8% en el 2007. En el primer trimestre del 2011 suman un colectivo de 307.000 individuos y continúan disminuyendo en porcentaje, suponiendo ahora el 2,7% del total de jóvenes.

En cuanto al análisis del mercado laboral, el estudio destaca una acentuación del desempleo de larga duración, situación que se ve confirmada en los datos empresariales y del mercado laboral aragonés.

En el primer trimestre del 2011, un 42 % de los parados lleva más de un año en esa situación (frente a un 36,4% que había un año antes y el 25,6% del primer trimestre del 2008). En cifras absolutas, en el semestre analizado, de octubre del 2010 a marzo del pasado año, ha aumentado en 237.000 individuos.

En ese mismo semestre también se observa un comportamiento que supone una ruptura con la dinámica anterior. Los inmigrantes pierden activos (85.000), mientras que los nativos han ganado unos 25.000. En los anteriores semestres los inmigrantes han presentado siempre un comportamiento mejor respecto a niveles de actividad que los nativos, ganado más o bien perdiendo menos activos.

Concretamente en el semestre entre abril y septiembre del 2010, los inmigrantes ganaron 71.000 activos mientras los nativos mostraban un aumento mucho menor, de 41.000. Finalmente, en términos anuales, este años, los nativos han ganado 67.000 activos, lo que supone un 0,4% de cambio relativo interanual, mientras los inmigrantes, por su lado, han perdido 13.000, con una caída interanual del 0,3%.

En cuanto a los jóvenes inmigrantes, como respuesta a la crisis han empezado a abandonar la comunidad autónoma. Concretamente desde el 2006 hasta el primer trimestre de este año se ha registrado una salida de bastantes individuos, especialmente entre el colectivo de entre 20 y 30 años.