La palabra cortafuego probablemente les sugerirá la imagen de una vereda ancha en mitad del monte, despejada de hierbas y arbustos, que se traza para evitar que los fuegos se propaguen. En arquitectura, sin embargo, También se llama cortafuego a unas paredes de grosor considerable y que contienen materiales ignífugos, levantadas con idéntico fin. Resulta paradójico que para frenar las llamas el hombre haya desarrollado dos métodos tan alejados como el vacío de un espacio yermo y la solidez de un muro infranqueable. Casi siempre hay más de un camino para llegar a igual meta. Pasa lo mismo con el incendio de la deuda griega, extendido a Portugal e Irlanda.

El problema es que los únicos que pueden tomar las decisiones no se ponen de acuerdo. La cancillera-gendarme Merkel advirtió ayer que la reunión del eurogrupo del jueves no va a tener un resultado "espectacular". Justo lo que querían oír los mercados... ¿Dejar caer a Grecia, Portugal e Irlanda, provocar la reestructuración de sus deudas como ayer sugería Pimco (el fondo de bonos más grande del mundo), es el cortafuego necesario o supone echar gasolina sobre España e Italia? La pregunta que nadie es capaz de resolver. Pese a Merkel, los inversores estaban ayer cansados de vender y decidieron aprovechar que los valores están baratos para comprar, animados por los buenos resultados empresariales en EEUU. El Ibex 35 subió el 1,03% y la prima bajó a 344 puntos gracias a la subasta del Tesoro. Cuidado: tenía pinta de espejismo.