La cancillera alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, negociaban anoche en Berlín las bases del nuevo plan de rescate de Grecia, que debe aprobarse hoy en la cumbre extraordinaria de líderes de la zona euro en Bruselas, para acabar con el contagio de la crisis a otros países, como España e Italia. Mientras algunas capitales veían con buenos la reciente idea de cofinanciar el rescate con una especie de tasa a la banca europea, el Banco Central Europeo (BCE) expresó su preferencia por la recompra de la deuda griega en el mercado, financiada por el fondo de rescate y aprovechando que su cotización ronda la mitad de su valor nominal.

La falta de avances en las negociaciones sobre la contribución de la banca y los inversores privados al nuevo plan de rescate, impuesta por Alemania, impulsó a Sarkozy a desplazarse a Berlín para discutir en persona con Merkel una fórmula que sea aceptable para todos, en especial para el BCE que exige evitar una declaración de "impago" de Grecia por parte de las agencias de calificación (rating). Alemania quiere una aportación de la banca de 30.000 millones para reducir los fondos que ella y los demás estados deberán inyectar al nuevo plan de rescate.

Antes del encuentro, Merkel, que la víspera había rebajado las expectativas de la cumbre, se mostró "muy confiada" en que se lograría un "buen resultado" en la reunión de los líderes de la zona euro. El encuentro Merkel-Sarkozy obligó a aplazar a hoy por la mañana la reunión preparatoria de la cumbre de los representantes de los líderes del Eurogrupo prevista para ayer, lo que retrasará probablemente el inicio del Consejo Europeo.

Ante la tardanza y los titubeos de los líderes del Eurogrupo en encontrar una solución a la crisis de la deuda, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, advirtió que "la situación es muy grave y requiere una respuesta, porque en caso contrario las consecuencias negativas afectarán a todos los rincones de Europa y mucho más allá".

Los líderes deben decir "qué puede hacer y qué quieren hacer" y dejar de insistir en "qué no pueden y qué no quieren hacer", añadió Barroso, en una crítica dirigida a la actitud de Merkel. La cumbre, detalló Barroso, debe concluir con decisiones claras para asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas griegas y flexibilizar el uso del fondo de rescate europeo, entre otras cosas.