La recompra de la deuda griega, que cotiza al 50% de su valor nominal, rebajaría su endeudamiento sin el riesgo de declaración de "impago" e implicaría una contribución de los inversores que venderían por debajo el nominal.

El canje de la deuda o la renovación a su vencimiento por nuevos bonos a largo plazo implica el riesgo de que las agencias declaren un "impago". Una tasa a la banca evitaría ese riesgo, pero crearía conflictos con el sector y el BCE.