La agencia de calificación crediticia Fitch otorgará a Grecia una nota RD, equivalente a un "impago restringido" o selectivo, tras el acuerdo alcanzado por el Eurogrupo para aprobar un nuevo plan de rescate para el país heleno, que contempla una ayuda de 109.000 millones de euros y una rebaja de los intereses, además de la participación del sector privado. A juicio de Fitch, la implicación privada en el rescate sienta "un precedente" a la hora de analizar la situación de Portugal e Irlanda. "Fitch situará la nota soberana de Grecia en default restringido y asignará calificaciones de impago a todos los bonos griegos afectados", ha anunciado la agencia este viernes. Asimismo, situará en default la calificación de todos los bonos griegos afectados por el plan de canje en el momento en que se cierre el plazo para el intercambio de deuda. La participación del sector privado en el nuevo programa de apoyo financiero a Grecia constituye en opinión de Fitch un "impago restringido" y el canje de deuda propuesto implica, según el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), una devaluación del 20% para los bancos y otros acreedores del Gobierno heleno. De hecho, la agencia subraya que un canje que ofrece nuevos títulos en peores términos que los originalmente contemplados en los bonos existentes y donde el emisor soberano atraviesa dificultades financieras constituye un "evento de impago" bajo los criterios de intercambios coercitivos de deuda de Fitch. La agencia ha subrayado que "toma nota" de la declaración de los líderes europeos sobre el "carácter excepcional y único" de la participación privada en el rescate de Grecia, pero ha advertido de que incorporará a partir de ahora en su análisis de Portugal e Irlanda el "potencial precedente" que representa esta implicación de los acreedores privados para valorar los riesgos para los tenedores de deuda de estos países. David Riley, responsable de ratings soberanos de Fitch, ha reconocido que los compromisos anunciados el jueves en Bruselas representan "un importante paso positivo" para garantizar la estabilidad financiera de la zona euro, tanto por el montante de la ayuda comprometida, como por la flexibilización del actual fondo de rescate (EFSF) y por clarificar la participación del sector privado, que aliviará las presiones a corto plazo sobre los perfiles de crédito soberano de la región.