No está claro el origen de la palabra Europa, pero muchos lingüistas piensan que el nombre proviene de la unión de dos palabras semíticas que al parecer querían decir "ponerse el sol" y "tierras occidentales". Tiene sentido, ya que las lenguas semíticas se hablaban en Oriente Medio y el norte de África. La tierra del sol poniente... Desde luego, el nombre tiene un matiz de decadencia y declinar. Así lo sienten en Asia y Estados Unidos, donde se tiene claro que el eje sobre el que se mueve el mundo político y económico está pasando del Atlántico al Pacífico. Para evitarlo --o para paliarlo-- los líderes europeos intentaron ayer poner fin a la hemorragia por la que se desangra Europa.

La zona euro ya tiene plan. Merkel se ha impuesto a sus socios y al BCE y la deuda griega sufrirá un alargamiento de plazo y una reducción de intereses, por más que ello implique que las agencias de calificación lo puedan considerar una suspensión de pagos parcial. Los mercados recibieron con alborozo las noticias y rumores de que, tras tantas semanas de incertidumbre y luchas intestinas, los líderes europeos se hubieran puesto de acuerdo. El problema es que el asunto de fondo sigue sin resolver: el futuro del continente. Pero esa es una preocupación a medio y largo plazo, mientras que los inversores se mueven más a gusto en el corto. El Ibex 35 repuntó el 2,93% y superó la cota de los 10.000 puntos. La buena demanda de la subasta del Tesoro, pese a los altos intereses, permitió que la prima de riesgo bajase de los 300 puntos.