El final de la pesadilla para Cacaolat está un poco más cerca. Cuando el juez del juzgado mercantil número seis de Barcelona abra hoy los sobres de las seis ofertas de compra en firme recibidas, los casi 500 empleados de la compañía respirarán algo más aliviados. Los seis grupos licitadores en la puja dispondrán de un plazo de una semana para aportar los 500.000 euros requeridos para acceder a las cuentas de Cacaolat y optar a la compra de la marca en concurso de acreedores.

Con la llegada de una inyección de liquidez por un valor total de tres millones a la caja de la empresa, será posible recuperar la producción, especialmente en la planta de Utebo (Zaragoza), de algunos productos que se encuentran paralizados por falta de proveedores. Aunque la fábrica de Barcelona produce a un ritmo "próximo al habitual" según los sindicatos, en las estanterías de algunos supermercados e hipermercados cada vez es más frecuente la ausencia de Cacaolat.

Los problemas de otras filiales del grupo Nueva Rumasa impiden producir los populares minitetrabricks o las botellas de un litro de batido de chocolate. Solo es posible encontrar envases pequeños de plástico en algunos súper y de vidrio en bares y restaurantes.

"Hemos pedido al juez la máxima celeridad en la venta para evitar la pérdida de cuota de mercado porque los consumidores se acostumbran a comprar otros productos", aseguró ayer Miguel Ángel Domínguez, secretario general de la federación Agroalimentaria de CCOO.

Entre los competidores que ocupan el espacio cedido por Cacaolat se encuentran Leche Pascual y Central Lechera Asturiana (Clas), dos de los seis grupos licitadores. Junto a ellos también compiten por adquirir los activos de la histórica marca la embotelladora de Coca-Cola Cobega, Vichy Catalán, un grupo de exdirectivos de Clesa y Nueva Rumasa y otro de antiguos ejecutivos de Cacaolat aliados con sociedades inversoras.

Además de la paga y señal de 500.000 euros, los sobres que abrirá hoy el juez han de incluir un aval de tres millones para cubrir toda la inyección de liquidez en caso de ganar la puja y retornar las aportaciones del resto de licitadores. Aunque el juez prioriza el mantenimiento de los empleos, hay expectación por conocer si las ofertas apuestan por la construcción de una fábrica nueva o bien por el traslado a otra ya existente para sustituir la de Barcelona, que ha de abandonar las instalaciones.