En septiembre, el Gobierno aprobará un decreto que regulará el contrato para los empleados del hogar --unos 700.000, en su mayoría mujeres, de los que solo 270.000 están dados de alta en la actualidad-- que equiparará sus derechos a los de cualquier asalariado, excepto la percepción por desempleo. CCOO y UGT han pedido al Gobierno que estos contratos sean gastos deducibles en función de la renta de las familias.

El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez y los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, presentaron ayer este acuerdo, que calificaron de "histórico", del que ya se había concretado una parte --la cotización a la Seguridad Social-- en la ley de reforma de las pensiones aprobada hace una semana por el Congreso. La incorporación de estos trabajadores al régimen general esperaba su normalización desde hace 26 años y comenzará a aplicarse en enero del 2012. Ese año, una comisión de expertos estudiará las medidas para que este trabajo dé derecho a prestación por paro.

El contrato se hará por escrito directamente, a través de los servicios públicos de empleo o de las agencias de colocación autorizadas.

Se garantizará, como mínimo, el pago en metálico del salario mínimo interprofesional (SMI) anual y dos pagas extras al año por una cuantía no inferior al SMI mensual (ahora es de 15 días de salario). La remuneración en especie --manutención y alojamiento en el domicilio familiar-- no podrá superar el 30% del salario (ahora es el 45%).

LA JORNADA LABORAL Se amplía de 10 a 12 horas el periodo de descanso entre jornadas de trabajo, aunque se admitirá un mínimo de 10 cuando la actividad incluya dormir en el hogar de trabajo y se compensará la diferencia hasta las 12 horas en el plazo de un mes. Además se regulará el tiempo en el que el trabajador está a disposición del empleador sin prestar servicio.