La empresa textil Interarce, con sede en la localidad oscense de Albalate de Cinca, ha presentado un expediente de extinción para sus 69 trabajadores. Un ERE que, por tanto, dejará sin trabajo a la totalidad de la plantilla del taller, que llevaba ya desde mediados del 2009 con problemas económicos. La propietaria de la firma, Carmen Palacio, explicó ayer a este diario que está preparando la documentación correspondiente para solicitar en los próximos días concurso voluntario de acreedores (antigua suspensión de pagos).

La crisis económica ha sido la causa principal del cierre de la empresa. Según la propietaria de Interarce, el volumen de pedidos se había reducido desde el inicio de la crisis más de un 65%, de forma que "la situación era insostenible con ese nivel de producción y unos costes fijos tan altos". "A partir de octubre --añadió--, teníamos para empezar a producir 2.800 prendas semanales, cuando antes de la crisis casi siempre superábamos las 9.000".

Palacio se mostró entristecida por las familias que van a perder su trabajo, sobre todo por las personas que "de verdad necesitan ese dinero para sobrevivir". "He hecho, y ellas lo saben, todo lo que he podido", aseguró. La empresaria reconoció que deja muchas deudas que no "aún no sabe" cómo podrá saldar.

UN CIERRE ANUNCIADO La empresa adeuda a sus empleados el sueldo de las tres primeras semanas de julio. Ya desde mediados del 2009, la economía de la empresa era muy delicada. De hecho, acumulaba tres ERE de suspensión temporal de dos meses. Es decir, aprovechando épocas de menor facturación e intentando que coincidiera con el periodo de vacaciones, los empleados dejaban de trabajar y de cobrar durante esos meses.

Más adelante, a principios del 2010, Palacio explicó a sus empleadas que la empresa solo sería viable si sus contratos pasaban de ser fijos a ser contratos fijos discontinuos. Con esta fórmula por la que cuando hay actividad, el empleado tiene un contrato indefinido; y cuando no hay trabajo, cobra una prestación por desempleo. Algo que, según la propietaria, no fue aceptado por la plantilla. El responsable del sector textil de CCOO, José Luis Abadía, argumentó que, aunque él recomendó a los trabajadores que no lo aceptaran, "en ningún momento hubo intención por parte de la empresa de sentarse a hablarlo seriamente".

Por otro lado, el alcalde de Albalate, José Antonio Castillón, se mostró preocupado por el cierre de la firma, por ser una de las más importantes en la economía de la comarca. Y apostó por "abrir ahora un periodo de reflexión" para encontrar "nuevas vías de negocio" que permitan reabrir la empresas. Algo de lo que hablarán a partir de septiembre.