Es aviso compartido por restaurantes de alto nivel, consultorios médicos hartos de pacientes que son todo lo contrario y alguna discoteca con discriminación según calzado. Los carteles van desde el educado se ruega aguardar a ser atendidos hasta el contundente no entren ni llamen. Ayer, esta llamada al respeto por las normas se extendió al corro sobre qué hacer en un mercado volátil e incierto. "Los grandes inversores están fuera del mercado", decían los consultados conspicuos. Los del yo que tú no lo haría, susurraban: "Lo mejor es estar fuera".

Con estos consejos de mantenerse en liquidez se cerraba el peor mes de julio desde el 2002 y el peor mes desde noviembre del 2010. Entre la crisis griegas y las amenazas a la deuda de otros países del euro, como España e Italia, el Ibex ha retrocedido el 7,04% este mes. La jornada de ayer también se cerró en rojos totales, el 0,27% respecto a la jornada anterior. Total, que el Ibex abrirá agosto con la referencia de los 9.630,27 puntos y la recomendación de no moverse mucho.

De poco ha servido acabar con la incertidumbre del calendario electoral español. Peor ha sido la insistencia de Moody´s sobre la solvencia de la deuda pública española. Tanto cambiar de calificación, al final acertarán. El otro punto de atención de ayer fue la crisis de Estados Unidos, con la amenaza de posible suspensión de pagos. Wall Street cedió el golpe de campana inicial a los pitufos, que andan de promoción en 3D. Pasar del azul al morado es de lo que se debate este fin de semana en la Casa Blanca. De momento, a media sesión el Dow Jones ya retrocedía el 1,07%.