Después de que el Senado controlado por los demócratas tumbara el viernes por la noche el plan republicano aprobado poco antes en el Congreso, solo restaba ayer una propuesta en liza para aumentar el techo del endeudamiento antes del martes y sortear la imprevisible suspensión de pagos.

El plan, apadrinado por el líder demócrata en la cámara alta, Harry Reid, estaba previsto que se votara anoche, aunque durante la jornada los republicanos se comprometieron a rechazarlo. ñNo va a pasarO, dijo su líder en el Senado, Mitch McConell durante el debate previo a la votación.

Sin alternativas a la vista, les espera un fin de semana insomne a los miembros de las dos cámaras, entregados a un cruce de recriminaciones sobre la responsabilidad del desaguisado.

"Este proceso se ha convertido en una broma. Es una desgracia, un insulto para el pueblo estadounidense", dijo el demócrata de Massachusets, Jim McGovern, expresando el sentimiento que invade a la mayoría de ciudadanos.

En la recta final antes del fatídico 2 de agosto se espera que la Casa Blanca vuelva a tomar la iniciativa. El presidente, Barack Obama, dijo por la mañana que ambos partidos han demostrado durante este largo proceso "el deseo de llegar a un acuerdo" y es ahora cuando "deben asumir la responsabilidad".