La actual crisis económica está teniendo consecuencias negativas y preocupantes en el mercado de trabajo, tanto en la magnitud como en la composición del desempleo. Es un nuevo escenario en el que deben actuar las distintas políticas para corregir los problemas detectados, especialmente con el fin de evitar el aumento del paro de larga duración.

Las políticas activas de empleo son, en general, más efectivas en economías con tasas de paro elevadas y con menor desarrollo de políticas sociales. Esta es una de las premisas que se pueden establecer tras consultar los resultados obtenidos en un informe del Instituto Aragonés de Empleo (Inaem) en el que constatan la primera evidencia, pues indican que se produce una mejora de la efectividad de las políticas como consecuencia del aumento en la tasa de paro que ha provocado la crisis económica.

En este estudio se presenta una evaluación del nivel de eficacia y eficiencia que alcanzan las distintas actuaciones del instituto, tanto desde la perspectiva individual de los trabajadores beneficiados como de toda la economía aragonesa en su conjunto. Los beneficios individuales generan externalidades que proporcionan un valor social a nivel agregado.

El informe es continuación de una primera evaluación realizada durante el año 2007, que puso de manifiesto la utilidad de las políticas aplicadas por el Inaem, con datos hasta 2005. El actual lo hace para el periodo 2005-2010. De este modo, la evolución del presupuesto ejecutado del Inaem en relación al PIB de Aragón ha sido aproximadamente constante en torno al 0,35% entre 2005 y 2009.

Comportamiento

Los autores del informe aseguran que se aprecia un ligero cambio en la orientación de las políticas activas, que reasigna recursos desde la formación hacia la promoción de empleo, lo que resulta lógico si se atiende al incremento sustancial de la tasa de desempleo que ha roto el buen comportamiento en la creación de puestos de trabajo que venía experimentando la economía aragonesa.

Los fondos destinados a formación para el empleo se han mantenido estables con una ligera tendencia al descenso. Se ha pasado de 58,5 millones en 2006 a poco menos de 53 en 2009.

Todos los indicadores revelan un incremento notable en la participación de los trabajadores en intermediación y promoción de empleo como consecuencia de la crisis, especialmente en intermediación ya que la situación ha supuesto un incremento de la demanda de estos servicios, tanto de trabajadores como de empresas, así como un cambio en la composición de los trabajadores que optan por su utilización.

En el caso de la promoción todo indica que el incremento en la participación se debe a un esfuerzo del Inaem por dotar de mayor contenido y presupuesto a sus actuaciones, para intentar frenar la destrucción de empleo. En formación, por el contrario, la tendencia ha sido hasta ahora la contraria, es decir, al descenso del número de trabajadores que participa en las acciones.