Nuevo proyecto fallido en el sector de la bioenergía. La fábrica de pellet de Ansó ha cesado su actividad por falta de rentabilidad cinco años después de ponerse en marcha. La planta de biomasa, ubicada en la antigua serrería del pueblo, estaba gestionada por la empresa público-privada Afpurna, participada actualmente por la multinacional francesa Veolia Environnement (antes Dalkia, con el 70%) y la Mancomunidad Forestal Ansó-Fago (30%). El cierre conllevará el despido de los cinco trabajadores que ahora tenía, aunque uno de ellos seguirá por un tiempo hasta que se liquide el estoc de materia prima y producto acabado.

«Los números no salen», afirmó ayer la alcaldesa de Ansó y presidenta de dicha mancomunidad, Montse Castán (PSOE), que justificó así la paralización de la planta, que se produjo hace justo una semana. «No había demanda suficiente», apuntó. Para que fuera rentable, explicó, debía producir unas 10.000 toneladas de pellet al año, más el doble de lo de lo que ahora hacía (4.500 toneladas).

La empresa prometía crear 20 empleos pero finalmente empezó a funcionar en el 2012 con 11 trabajadores. La plantilla se fue ajustado con el paso del tiempo conforme caída la demanda. La inversión rondó los 4 millones de euros, de los que 600.000 fueron sufragados con ayudas públicas del Gobierno de Aragón. El objetivo de Afpurna era el aprovechamiento de la masa forestal local para crear una línea de pelletización. El proyecto inicial también contemplaba una planta de gasificación de biomasa para generar energía eléctrica, pero esta fase nunca llegó a completarse.

Problemas / Castán, que preside la comarca de la Jacetania, consideró que los problemas han venido por varios frentes. Por un lado, de las limitaciones en la extracción de la materia prima, debido a que la legislación de plagas impide sacar madera del 15 de abril al 15 de agosto, «cuando la meteorología es más favorable». Esto obligaba «a comprar la madera de fuera». Y por otro, la comercialización de biomasa se había estancado sobre todo a raíz de la caída del precio del gasoil.

En Afpurna, no obstante, prefieren hablar de «suspensión temporal de la actividad», ya que confían en que en un futuro pueda retomar su andadura. De hecho, la sociedad mercantil se mantendrá activa y no está previsto la venta de las instalaciones ni de la maquinaria. «No es el final, es un impasse. Esperamos que se puede reactivar porque la biomasa es un sector que algún día deberá despuntar», concluyó.