El nacionalista Artur Mas ganó ayer las elecciones al Parlamento de Cataluña, pero el verdadero triunfador de la jornada fue Josep Lluís Carod-Rovira. El líder de Esquerra Republicana se ha convertido en el árbitro de la política catalana al no obtener nadie la mayoría absoluta, por lo que decidirá el color del nuevo Gobierno de la Generalitat. Lo más probable es que el color sea el nacionalista, con Mas president y Carod conseller en cap . El líder de ERC, sin embargo, reiteró ayer su propuesta de formar un Gobierno de unidad nacional, que sólo excluiría al PP.

Esta fórmula tiene muy pocas probabilidades de prosperar, ya que ni Mas ni el socialista Pasqual Maragall lo aceptan. El candidato socialista proclamó anoche que el pueblo catalán había votado globalmente por el cambio, por lo que no renunciaba a forjar una mayoría alternativa progresista con ICV-EUiA y ERC, que con el PSC suman una amplia mayoría de 74 diputados.

"El pueblo de Cataluña ha votado por el cambio y estoy dispuesto a asumir mis responsabilidades", declaró Maragall. El líder de ICV-EUiA, Joan Saura, apeló a que no se repita el "error" de 1980, cuando Jordi Pujol alcanzó el poder en minoría gracias al apoyo que le prestó Esquerra.

Maragall reconoció que el resultado no era el que él esperaban, pero evitó aparecer como el derrotado. CiU obtuvo 46 escaños y el PSC, 42. Uno y otro han perdido 10 diputados. Esquerra ha pasado de 12 a 23; ICV, de 3 (otros dos los había obtenido en 1999 dentro de las listas del PSC) a 9, y el PP, de 12 a 15.

El heredero de Pujol ganó en escaños, pero no en votos. Como ocurrió hace cuatro años, los socialistas han sacado más votos (7.915) que sus rivales de CiU, pero el sistema electoral catalán, que prima las provincias menos pobladas, les ha vuelto a perjudicar en la adjudicación de diputados. Los cuatro de ventaja que le saca CiU son los mismos de 1999.

Una segunda constatación: el incremento de la participación --del 59,20% en 1999, al 63,36% ahora, cuatro puntos más-- ha favorecido a los partidos pequeños, pero no a los grandes: tanto CiU como el PSC han perdido votos absolutos y escaños. Esquerra ha colmado sus aspiraciones más optimistas: superar el medio millón de votos y 23 diputados. ICV ha multiplicado votos y escaños, y el PP no sólo no se ha hundido, sino que ha ganado tres diputados.