Madrid. -- La directora del Instituto Anatómico Forense de Madrid, Carmen Baladía, ha expuesto ante la comisión que investiga los atentados del 11-M que a la 1.20 horas del día 12 de marzo, cuando terminaron las autopsias, los forenses ya sabían que no había ningún indicio racional de la existencia de suicidas en los trenes.Baladía ha hecho esta consideración durante su comparecencia en la comisión parlamentaria que investiga el 11-M, donde ha calificado de "sobresaliente" el trabajo médico-forense realizado tras la masacre de Madrid y ha confirmado que el número de muertos en los atentados es de 190, más un feto de siete meses.El Centro Nacional de Inteligencia redactó un informe a las 15.51 horas del 11 de marzo en que señaló que no había terroristas suicidasAutopsiasDurante el turno de preguntas de la diputada del PP Alicia Castro, la directora del Instituto Anatómico Forense ha dejado claro que al finalizar las autopsias realizadas, doce horas y media después del comienzo de esos trabajos, los expertos ya sabían que "no había ningún dato científico que nos pudiera hacer pensar en la existencia de un suicida".Según su testimonio, la patología lesional, las ropas, la inexistencia de ninguna sustancia impregnada en los tejidos corporales o en las ropas de los cadáveres e, incluso la nacionalidad de los fallecidos, permitió saber desde ese momento que no había terroristas suicidas.Ha reconocido la compareciente que es en la literatura científica donde los forenses españolas adquieren los conocimientos sobre las lesiones que una explosión provoca en un suicida y, a instancias de los representantes de los grupos, ha afirmado que "desde el punto de vista médico-forense no hay ningún suicida" entre los fallecidos en los atentados.Tres marroquísAdemás, ha subrayado que la mayoría de las víctimas mortales era de nacionalidad española y entre los extranjeros había tres marroquís. El cadáver de uno de ellos llegó desde el hospital y al igual que en los de los otros --un hombre y una mujer-- no se detectó nada que hiciera pensar que se trataba de algún suicida.Baladía también ha defendido la inclusión del dato de la inexistencia de suicida en el informe remitido el 17 de marzo al entonces director general de Relaciones con la Administración de Justicia, Carlos Lesmes.Expuso que Carlos Lesmes le pidió un informe en el que detallase qué resultados habían obtenido y si habían encontrado algo que llamase la atención, respuestas que ella incluyó junto con las causas del fallecimiento.La forense ha reconocido que ese fue el primer informe que le ha enviado a lo largo de sus 21 años de carrera a alguien que no fuera la autoridad judicial, pero "también por primera vez hemos tenido un 11-M", ha matizado.Baladía ha subrayado que los forenses trabajaron "con total autonomía e independencia" y que ella "no habría permitido otra cosa".Información a las familiasTambién ha aclarado que ella no habló con los periodistas sobre esta materia concreta hasta días después de la tragedia y que su contacto con la prensa el día de los hechos se limitó a una declaración para informar a las familias de los trabajos que se iban a llevar a cabo en el pabellón 6 de IFEMA.Baladía ha explicado a los comisionados que el pabellón que se habilitó en IFEMA para realizar los trabajos fue "perfecto" y que los responsables de la Administración les facilitaron todos los medios que solicitaron para llevar a cabo las autopsias y la identificación de los cadáveres.En este sentido, han apuntado que la masacre no sobrepasó la capacidad de médicos-forenses ni de medios materiales disponibles y recalcó que "no hubo motivos para pensar que necesitábamos ayuda" de expertos de otros países.Ha valorado asimismo la colaboración mantenida por la Policía Científica, el Instituto Nacional de Toxicología y el Instituto Anatómico Forense, cooperación que, a su juicio, fue la que permitió obtener un resultado que calificó de "sobresaliente".