¡Quién le iba a decir a Billy Wilder que el final de su genial comedia cinematográfica Con faldas y a lo loco iba a ser la última trinchera argumental de José María Aznar en la Comisión Parlamentaria del 11-M! Ciertamente que nadie esperaba oír en sede parlamentaria a un Aznar genuflexo. Al contrario, se le esperaba férreo, duro y fajador. En su línea. La incompetencia, la descoordinación entre servicios de inteligencia y la lastimosa carencia de recursos de la lucha antiterrorista reveladas, para escándalo internacional, ante la comisión no parecen afectar ni un ápice al expresidente del Gobierno. Como decía el millonario pirado al asombrado Jack Lemmon: "¡Nadie es perfecto!".